Ivonne Losos nació en Nigeria, pero su orgullo es representar a la República Dominicana en competencias internacionales

Nació en Nigeria. Vivió en Kenia. Luego se trasladó a Canadá hasta fijar residencia en República Dominicana. Esa ha sido la travesía de Ivonne Losos de Muñiz, quien optó por representar, en lo deportivo, a un país que la ha acogido como si en realidad fuera el de su nacimiento.

“Me encanta República Dominicana”, dijo Losos de Muñiz en entrevista concedida a Deportivas CDN desde Tokio, Japón. “Desde que llegué me enamoré de este país y representarlo en competencias internacionales fue algo muy natural y muy fácil porque me siento en casa, aun pudiendo haber montado por Canadá porque tengo mi pasaporte de allá también”, agregó.

La amazona clasificó a Tokio 2020 vía escalafón. Fue notificada por la Federación de Ecuestre Internacional (FEI) en febrero del año pasado. Esta será la segunda participación olímpica de Losos de Muñiz, tras la versión de Río 2016, siendo la primera atleta dominicana de ecuestre en clasificar a una cita de este tipo. Losos de Muñiz, de 53 años, estará compitiendo a partir de este sábado en la modalidad de adiestramiento en el Parque Ecuestre de Tokio.

“Esta ha sido la mejor experiencia para mí. Fueron mis primeros juegos y ver la calidad y la disciplina de los atletas era simplemente un nivel de otra liga. Todo lo que está implícito de estos atletas olímpicos es asombroso”, expresó la jinete.

Señala que experimentar la sensación de estar nuevamente en unos Juegos Olímpicos representa un honor, del que espera lograr buenos resultados.

“Yo me sorprendía mucho cuando daba vueltas por la Villa Olímpica. Experimentar todo esto fuera de cámaras como la cafetería, ver cómo comían. La cara B de los juegos es increíble. Aquellas experiencias fueron fantásticas para mí”, reconoce.

Adaptación con Aquamarina

Revela que el clima de Japón es bastante caluroso y al que ha podido adaptarse debido a que ha convivido con ese tipo de temperatura en República Dominicana y Miami. “Es un calor bien fuerte el que hace aquí (Tokio). No me ha sido complicado. Pero he visto en otros competidores que le cuesta un poco trabajar con sus caballos. En mi caso tengo una buena rutina con mi yegua (Aquamarina). Sé cómo manejarla, que ella se sienta bien y me dé todo lo que pueda por lo que estamos en muy buen camino”, señalo Ivonne.

Sostiene que tiene buena comunicación con su caballo, ya que tienen unos seis años entrenando de manera inseparable.

“No es un entrenamiento que tengo de un día para otro. Son muchos años que tenemos juntos y esa es una parte que la gente no entiende. Creen que es solo comprar un caballo y ya. Es una relación de respeto y confianza. Ella (la yegua) tiene que confiar en mí al momento de entrar a la competencia porque son lugares donde tienen miedo. Todo eso es a base de un proceso diario repetitivo entre el animal y yo. Es como entrenar un perro. Todo se toma su tiempo. No es de un día para otro. Son dos mujeres con fuertes carácter de que estamos de acuerdo de cómo vamos a lograr todo”.

Traslado difícil y costoso

Sobre el proceso de traslado del ejemplar a la ciudad de Tokio, Ivonne señala que el transporte es muy costoso, además de las cantidades de pruebas a la que debe de someterse antes y durante su estancia en el establo previo a la competencia.

“El trabajo para llegar hasta aquí fue fuerte, porque se juntó con un virus que afectó a varios caballos igual que el COVID-19. Aquí tenemos restricciones y pruebas igual que a una persona. Todas estas evaluaciones son muy caras. A mí se me complicó un poco porque tengo que estar con el caballo hasta para subir al avión y recibir el avión y no habían vuelos para yo llegar primeros que ellos. Todo eso fue un poco complicado ya que no podíamos ir juntos”, reveló.

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