La sociedad, bajo el estrés provocado por el coronavirus, con días más cortos y noches más largas, pese al pleno verano, ve pasar los acontecimientos como si no hubiesen ocurrido. Unas noticias que van y otras que vienen. Muchas importantes que no siempre son consideradas como tales.
En ese trote existencial, descubrimos que el presidente Luis Abinader anunció el pasado 23 de este mes, hace apenas unos días, que las mujeres maltratadas entrarán al sistema de protección y las que se encuentran en situación de vulnerabilidad, a los programas sociales con un subsidio de RD$10 mil mensuales.
Una magnífica noticia, una manera muy práctica de alentar a las mujeres para que puedan emprender caminos sin atarse al régimen de violencia a que son sometidas.
Y se preguntará, ¿de dónde saldrá dinero para esa ayuda? Según el propio presidente, de los RD$200 millones que estaban asignados al antiguo Despacho de la Primera Dama.
Fue uno de los anuncios durante el acto de presentación del plan del gobierno para enfrentar la violencia contra las mujeres.
La violencia en el hogar es uno de los más serios problemas del país. Tan grave, que de acuerdo con la ministra de la Mujer, Mayra Jiménez, 68 % de las mujeres ha sido víctima de violencia.
“Estamos entre los primeros siete países de América Latina con la más elevada tasa de feminicidios”. Ya en los primeros siete meses se registraron 27 mil 157 denuncias de violencia contra la mujer.
Es un problema con muchas implicaciones, las conductas aprendidas en el mismo hogar, por las condiciones en que viven miles de familias, la falta de oportunidades o las tempranas uniones. El presidente Abinader prometió que en 30 días enviará al Congreso Nacional un proyecto para establecer nuevos criterios tendentes a erradicar el matrimonio de menores de edad.
Para el 25 de noviembre, Día de la No Violencia Contra la Mujer, un Consejo de Ministros definirá las políticas contra la violencia de género y los feminicidios.
Satisface esa voluntad para proteger a las mujeres. Lo interesante sería que se trabaje en las causas tendentes a perpetuar esta situación.
