“El mercado de La Pulga es tan remoto como la isla misma”, estás fueron las palabras de José Lantigua, catedrático de Historia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Lantigua, compartió con elCaribe sobre los orígenes de ese comercio en el país que ha sido centro de atención en los últimos días debido al caos que representa para el libre tránsito, así como un dolor de cabeza para las autoridades municipales.

Explicó que La Pulga en sus inicios no fue sinónimo de desorden como en la actualidad, en vista del constante monitoreo y autorización que requerían de parte de los ayuntamientos, así como de las iglesias.

Además, agregó que ese orden era debido a la venta exclusiva de productos de consumo.

“Durante los primeros 350 años de vida colonial hubo cierto tipo de organización porque la feria y los mercados se hacían para la venta de productos de consumo. Por ejemplo, las personas traían los productos, carbón, carnes, artesanías, agua ardiente y todo lo necesario”, explicó Lantigua.

El historiador destacó que esas actividades eran realizadas de manera simultáneas tanto en las provincias como en la ciudad y en días particulares que eran acordados por los vendedores.
Esos comercios sobrevivieron toda la fundación de la colonia en 1496.

Puntos de La Pulga durante los siglos XVII, XVII, XIX y XX
De acuerdo a Lantigua, los puntos más importantes de colocación de esos mercados durante los siglos XVII, XVIII y XIX eran: Elías Piña, Montecristi, Samaná, Puerto Plata, Azua y Santo Domingo, mientras que a medida que pasaba el tiempo fue tomando más auge la zona fronteriza con un comercio antiguo entre los habitantes de la colonia francesa de Saint Domingue y la española de Santo Domingo.

Ya para el siglo XX en la ciudad de Santo Domingo había una pequeña Pulga localizada en el parque Eugenio María de Hostos que recibía compradores y vendedores de San Cristóbal y otras zonas aledañas.

Asimismo, en la cercanía del parque Independencia fue instalado un mercado en que regularmente las personas vendían mercancías diversas.

“El doctor Francisco Moscoso Puello en su obra ‘Navarijo’ cita que se realizaba un mercado de ventas que las personas llevaban a un punto determinado en la cercanía del parque Independencia”, comentó.

Para Lantigua eso significó una constancia que confirma que, para la época, ya había un registro de lo que acontecía a nivel comercial en la ciudad de Santo Domingo.

Mercado de Santo Domingo comenzó en la Calle Las Damas
El mercado de Santo Domingo comenzó en la calle Las Damas en la Zona Colonial en un solar contiguo al área donde está el Panteón Nacional donde las personas se dedicaban a vender única y exclusivamente antigüedades, baratijas, fantasías y ropa usada hasta el año 1980.

Agregó que las personas que visitaban ese espacio solían desplazarse hasta el área del Fray Antonio Montesinos.

Ese mercado fue ampliando a medida que se agregaban objetos para el expendio que abarcaron en su momento hasta esclavos.

En tanto en 1985, en ese mismo punto había una feria de gran actividad comercial.

Otro punto de comercio informal fue localizado en las orillas del río Ozama, al este del hoy Distrito Nacional.

Reubicarán vendedores

El alcalde de Santo Domingo Oeste, José Andújar afirmó ayer que cuenta con los diseños y terrenos para una eventual reubicación de los vendedores de La Pulga, quienes fueron desalojados porque el área será remozada en el entorno de las avenidas Luperón, Independencia y George Washington.

El desalojó provocó reacciones por parte de los comerciantes que concurren a ese mercado.

“Ya tenemos los terrenos donde van a ser reubicados. Ya tenemos el diseño y sobre todo la aprobación del señor presidente Luis Abinader para poner en mejor condición de vida a todos los que venden”, informó Andújar. Y reiteró que la decisión de clausurar el mercado en ese lugar es irrevocable.

Suberví trasladó La Pulga a La Feria en 1986

A propósito de la evolución de este tipo de comercio, el exalcalde de Santo Domingo, Rafael Antonio -Fello- Suberví Bonilla, informó a elCaribe que durante su gestión trasladó La Pulga desde la Zona Colonial a la Feria de la Paz en 1986. Sostuvo que en ese momento la nueva sede de ventas, iba desde la avenida Independencia, a la famosa sala de espectáculos “El Maunaloa”, en la calle Héroes de Luperón paralela a la George Washington. Explicó que en ese ambiente los vendedores tenían más espacio y era casi imposible que estos se salieran del límite descrito. Sin embargo, señaló que a medida que el tiempo pasaba, más personas asistían al lugar para vender distintos productos, lo que luego provocó el traslado a la ubicación reciente en la intersección de las avenidas Luperón con Independencia y George Washington o el kilómetro 12, como es conocida. Entiende que en su gestión no hubo problemas, ya que no asistían tantas personas. Suberví entiende que el problema es por recursos y que el Gobierno debe construir mercados de las pulgas en todos los puntos de la ciudad. En vista de que está última ha crecido y se organiza de una forma peculiar.

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