Luis Abinader hizo saber a sus ministros que no desea su imagen, fotografías enmarcadas de él, en las instituciones públicas. Eso dispuso otro presidente en tiempos recientes, pero sus subalternos no hicieron caso, y colocaron su fotografía detrás de los despachos. Algunos compartieron la foto de Danilo Medina con la de Juan Bosch, al lado, o en otra pared. Ahora, ante el exhorto de Abinader, ha surgido una corriente. Se habrán dicho que algo hay que poner. Y en efecto, en algunas panorámicas publicadas en los medios se alcanza a ver cuadros con la cara de Juan Pablo Duarte, el padre de la Patria. Eso es lo que debe hacerse. Y no hay que cambiarlos cada cuatro años.

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