Bruselas.- El Consejo del Atlántico Norte, el máximo órgano de toma de decisiones de la OTAN, instó a los talibanes a acordar un «alto el fuego humanitario» dado el impacto de la pandemia de coronavirus en Afganistán y les urgió a comenzar las negociaciones con Kabul para un proceso de paz duradero.

«Dado el impacto de la COVID-19, repetimos la llamada de la ONU a que los talibanes acuerden un alto el fuego humanitario que se aplique a todas las partes», señaló la Alianza en un comunicado.

La OTAN tilda el nivel actual de violencia como «inaceptablemente alto» y lo atribuye principalmente a los talibanes, tras el atentado de este lunes contra una sede de la principal agencia de inteligencia afgana, en el que murieron 15 personas y 63 resultaron heridas, y advirtió de que estos ataques «causan inestabilidad y socavan la confianza en el proceso de paz».

«Un proceso de paz liderado por Afganistán y dirigido a encontrar una resolución política que acabe con décadas de conflicto es la única forma de dar una paz sostenible al pueblo afgano y asegurar la estabilidad y seguridad a largo plazo en Afganistán», apunta la Alianza.

La OTAN recuerda que los previos alto el fuego y los periodos de menor violencia antes de la firma del acuerdo entre Estados Unidos y los insurgentes en Doha mostraron que puede haber una «voluntad política y capacidad de parar el enfrentamiento».

«Urgimos al Gobierno de Afganistán y a los talibanes a cumplir con sus compromisos, incluyendo el inicio de negociaciones y asegurar que los terroristas nunca encuentran un lugar seguro en tierra afgana», incidió la Alianza.

«Recientes y atroces ataques contra civiles, incluyendo mujeres, niños, miembros de la sociedad civil, personalidades religiosas y trabajadores sanitarios subrayan la urgencia de cumplir estos compromisos clave», añadieron.

Los talibanes y las fuerzas gubernamentales habían reducido sus ataques casi a cero en la última semana de febrero, un paso necesario para concretar la firma de un acuerdo entre Estados Unidos y los insurgentes en Doha.

Tras la firma de ese pacto el 29 de febrero, en el que se acordó la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán en catorce meses, los talibanes comenzaron de nuevo sus ataques, aunque sin reivindicar la mayoría de ellos.

Esos ataques insurgentes tienen como objetivo a las tropas afganas, una violencia que solo cesará con la negociación de un alto el fuego por separado entre el Gobierno afgano y los talibanes.

Las conversaciones entre Kabul y los talibanes debían haber comenzado el 10 de marzo, pero se encuentran en un punto muerto por la falta de acuerdo sobre un intercambio de prisioneros ya iniciado, que fue estipulado con Washington en Doha y que la OTAN instó hoy a resolver urgentemente.

La OTAN, que mantiene una misión de formación, asistencia y asesoramiento de las fuerzas de seguridad afganas, tiene previsto reducir sus efectivos en ese país a unos 12.000 para el verano, a fin de apoyar los esfuerzos por la paz.

La embajadora estadounidense ante la OTAN, Kay Bailey Hutchinson, subrayó en un comunicado que «la nueva era para Afganistán debe comenzar con los afganos unidos», e instó a los talibanes a reducir la violencia y mostrar el mismo nivel de contención que presentaron durante el alto el fuego de tres días por el final del Ramadán. EFE

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