Señor director. En cada ocasión de nuestra vida hay siempre una primera vez, es algo que nadie puede refutar. Somos aprendices de todo y esa primera vez nos causa diferentes sensaciones: como la ilusión, el miedo, la angustia o desesperación, el gozo y disfrute…
No hay nada igual a esa primera vez, el tipo de emoción y sensación que nos provoca y nos deja es inolvidable e incomparable, y no porque sea único o diferente a los subsiguientes, si no por ser de estreno, por no haberlo experimentado antes.

Aunque las expectativas pueden ejercer influencia sobre este sentir primero, nada igual a la realidad, ya sea por sentirla más o menos excitante y gratificante de lo esperado. Aún sintamos algo de temor, esa primera vez nos crea mucha ilusión, como en el amor… Nada como esa primera sensación y experiencia, que dicho sea de paso, nos puede marcar para bien o para mal, todo va a depender de cómo lo hayamos pasado e interpretado. Son incontables las ocasiones en que esa primera vez nos produce mucho miedo, como enfrentarse ante un público, o nuestro primer día en lo que sea… Cuando por primera vez estamos a la espera de algo decisivo que no está en nuestras manos su solución, como un diagnóstico catastrófico, o una cirugía mayor, perder a un ser amado… debido a la angustia y desesperación, tendemos a entorpecer y contaminar el escenario con nuestro elevado grado de pánico. Lo mejor es dejar fluir las cosas, sin hacerles resistencia.

Nuestras dudas ante lo desconocido, por muy deseado y agradable que nos parezca, siempre tiende a preocuparnos un poco, dejando salir un grado de negatividad que nos hace disminuir ese goce, pues esa tensión inicial, por muy pequeña que fuera, nos roba energías para el disfrute posterior.

Tratemos de no formarnos expectativas, ni ponerle nervios o tensión a la próxima “primera vez” que tengamos en la vida, sencillamente entreguémonos al momento único que llega, pues los demás serán solo repeticiones de este; con más o con menos intensidad, sus emociones, ya nos serán conocidas.

Dicen que todo es pasajero y no debemos perder la paz interior pase lo que pase a nuestro alrededor. Como seres humanos en proceso de cambios, evolución y transformación, es difícil mantener ese estado constante de gracia, pero si poco a poco, tratamos de llevar los desacuerdos a la mínima expresión, algún día lo lograremos. Todo es cuestión de apreciación, disposición, conceptuación de las cosas y los hechos, y la actitud que tomemos frente a los mismos.

Todas las primeras veces son valiosas, llegan a nuestra vida para regalarnos emociones y sensaciones nuevas. Nos falta un largo camino por descubrir y transitar, atrevámonos a dar el primer paso en esa dirección y a saborear las nuevas pisadas con entusiasmo, alegría y agradecimiento interior. Que probemos muchas primeras veces más.

P.D. Aprovecho la ocasión para felicitar al país y para desearle suerte al próximo Presidente de La República, el señor Luis Abinader, que ya empieza a saborear esa primera vez…
I. Harolina Payano T.
COLABORADORA

Posted in Correo de lectores

Las Más leídas