En el debate mediático es usual encontrar análisis detallados sobre hechos y situaciones casi siempre después que los mismos se han consumado. Es una tarea sencilla que muchos abordan desde una perspectiva pretendidamente profunda, como si hicieran hallazgos extraordinarios. Lo obvio queda convertido en singular.
Y se olvidan previsiones que jamás se cumplieron, porque nadie asume la incomprensión de un fenómeno después que ha ocurrido lo contrario.

Uno de los temas más actuales tratado desde ese enfoque es la relativa baja concurrencia de los ciudadanos a las votaciones.
Se pretende encontrar causas cuando es más que evidente la fundamental: la presencia de la COVID-19.

Todos los actores estaban más que persuadidos de que las votaciones en forma alguna estarían en los términos que hemos conocido los dominicanos, y que se produciría una alta abstención, sólo cercana a la de 1990, cuando fue de un 40 %, en medio de un conteo de votos bastante oscuro que favoreció a Joaquín Balaguer frente a Juan Bosch. Fueron unos resultados muy cuestionados que dieron lugar a protestas y acusaciones de fraude, y el nivel de participación fue de 59.9%.

En ese proceso quizás pudiera invocarse el momento que vivía el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), con una crisis a causa de la confrontación entre sus dos principales dirigentes, que generó la apatía de sus votantes tradicionales.

Sin embargo, en esta coyuntura, tenemos una situación de fuerza mayor, una pandemia, un coronavirus que se levanta como una amenaza cierta para todos, y en esas condiciones acudir a las urnas fue un acto de responsabilidad cívica, y más que eso, de valentía y fuerte determinación de influir en el curso de la historia de la Nación.

Que sólo concurrió el 55.29 % de los registrados en el padrón de la Junta Central Electoral (JCE) era previsible, y no hay que averiguar demasiado para entenderlo.

Desde ese punto de vista, la elección adquiere un mayor sentido patriótico y de potente legitimidad. Votó mucho más de la mayoría de los inscriptos y lo hizo en condiciones excepcionales.
Fueron unas votaciones magníficas, y en consecuencia, esa abstención pasa a ser totalmente irrelevante.

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