Señor director: Un colectivo de evangélicos interdenominacionales, motivado por la situación que está viviendo el país, en donde resalta la injusticia, la impunidad, la corrupción y el irrespeto protagonizado por parte del sistema político, además del descrédito que han ganado , nos condujo a organizarnos en un movimiento desde nuestra fe y nuestros valores para integrarnos en el activismo político e irradiar luz en medio de la tiniebla.
Creemos en Dios, pero tenemos un compromiso con nuestra nación, así como los profetas asumieron un compromiso social y político frente a los reyes que gobernaban en contra de los valores del Reino y oprimían al pueblo.

Tsunami Evangélico es un movimiento que tiene como fin participar en las tomas de decisiones del Estado para promover la equidad y justicia, fundamentados en los valores de nuestro quehacer cristiano. Tsunami Evangélico no representa a un concilio, denominación, confesión o grupo específico de evangélicos. Ni hablamos en nombre de todos los evangélicos en el país, sería una falacia. Representamos a un colectivo de evangélicos que se ha identificado con nuestra propuesta de cambio y liberación de la opresión generada por un solo partido. Este activismo es un derecho que le compete a todos los ciudadanos, de los cuales los evangélicos somos parte y no tenemos ningunas restricciones bíblicas para ello, además de que vivimos en un país democrático.

Este proyecto cuenta con unos 650 pastores y líderes distribuido en los 158 municipios. A esto le sumamos una importante cantidad de líderes y miembros laicos de diversos concilios, confesiones y denominaciones, los cuales se han identificado con nuestra propuesta y creen en un cambio radical en la política tradicional para que se consolide un gobierno para todos, no para unos pocos.

“El Reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17), dijo Jesús, nuestro Salvador, es tiempo de que nos empoderarnos y asumamos este compromiso divino para que todos sean tocados.
¡Dios les bendiga!
Arianny Fernándo Suero
Periodista

Una multitud falsa

Señor director: El juego de fútbol australiano ha regresado frente a una gran multitud de admiradores apreciados, bueno, en realidad, una serie de recortes de cartón confanáticos a un costo de veinte dólares para ellos y colocados alrededor del suelo. Sus voces son suministradas por una serie de clips de sonido de juegos anteriores y, como el primer juego con estas voces falsas terminó en empate, el final del partido se encontró con el silencio. También se comportaron mejor que las personas que representaban, ya que no abuchearon a los árbitros ni arrojaron dudas sobre su parentesco.

Un argumento de apoyo para la gente de cartón es que tienen más sentido que la mayoría de los políticos y no pueden tuitear.
Dennis Fittzgerald
CiudadanO

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