Lo que sí presenta un antes y un despúes en candidatura de Abinader es la suspensión de las elecciones

La pandemia del Covid-19 que provocó el cierre del país tras la declaratoria de emergencia que hizo el presidente Danilo Medina el 19 de marzo pasado impactó todo, incluida la fecha de las votaciones y la forma en que se desarrolló la campaña a partir de la nueva realidad.

Los aportes, propuestas y cero activismo en las calles, caracterizaron la campaña por la Presidencia de la República que se debaten Luis Abinader, Gonzalo Castillo y Leonel Fernández. Antes de la publicación de encuestas independientes en tres meses de cierre del país, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) hizo una gran campaña de opinión pública en la que sostenía que la nueva realidad le habría beneficiado políticamente y que, incluso, su candidato estaría puntero en las encuestas. De hecho en la reunión del Comité Central del PLD, el presidente Medina afirmó que “todo lo que ha pasado desde las elecciones de marzo ha beneficiado al PLD”. Lo que ha ocurrido en el país es que cinco días después de esas elecciones entró en emergencia por la pandemia del Covid-19 y el gobierno aplicó una gran cantidad de programas sociales y los candidatos concentraron la campaña en donativos.

Según los datos presentados por Medina en su discurso del pasado viernes, cuando informó que no volvería a solicitar el estado de emergencia, 1.5 millones de personas se benefician del programa Quédate en Casa que consisten en un aporte de 5 mil pesos mensuales para la compra de alimentos en establecimientos comerciales, 866 mil beneficiarios del Fondo de Asistencia Solidaria al Empleado (Fase) y 200 mil de Para Ti.

¿Incidió eso en la preferencia del electorado? La encuesta Gallup publicó un estudio de intención de votos en enero de este año, en la que Abinader marcaba 42%; Gonzalo 31% y Fernández, 15%.
En su publicación del 22 de junio registra que Abinader subió a 53%, 11% más; Castillo a 35% y Fernández descendió a 8.7%.
La encuesta Greenberg publicó un estudio de intención de votos en febrero, luego de la suspensión de las elecciones municipales, que otorgó 52% Abinader; 26% a Castillo y 15% a Fernández. El 24 de junio la firma publicó su último estudio en el que establece que Abinader tiene una intención de votos de 56%, Castillo 29% y Fernández 12%.

A juzgar por el escenario electoral anterior a la pandemia y luego de la reapertura, se observa que los programas de asistencialistas no impactaron de manera significativa en el electorado, al contrario, Abinader amplió su ventaja sobre su más cercano competidor. En el caso de Abinader se observa un repunte en las preferencias electorales a partir de la suspensión de las elecciones del 16 de febrero, pues en enero Gallup le daba 42% en intención de votos y ya en febrero marcaba 52% en Greemberg.

Abinader incluso se infectó del Covid-19 en la última etapa de la campaña y eso lo obligó a salir de las calles, pero al parecer eso no impactó de manera negativa su posicionamiento electoral.
Castillo mejoró 5% en ambas mediciones el mismo porcentaje que disminuyó Fernández. El candidato de FP perdió algunos apoyos luego de la suspensión de las elecciones como el de su esposa, Margarita Cedeño y el alcalde de Santiago, Abel Martínez. También tuvo que enfrentar numerosos obstáculos legales para su candidatura y nuevo partido, además de los ataques del PLD que sumó a la vocería a la esposa del expresidente.

Rechazo a la unidad y las denuncias corrupción

Es posible que el candidato del PLD no haya reflejado un repunte importante en las encuestas en base a los donativos por la pandemia y los programas sociales del gobierno como afirman los dirigentes del PLD, debido a que el presidente Danilo Medina fue cuestionado por no haber convocado la unidad nacional para enfrentar la crisis que generó la pandemia del Covid-19. Los candidatos de oposición, Abinader y Fernández, se mostraron dispuestos a generar la unidad nacional para enfrentar la crisis lo mismo que los empresarios y diversos sectores de la sociedad civil y las iglesias. Otro punto negativo del proceso de administración de la pandemia fueron las denuncias de irregularidades en las compras de emergencia por la pandemia. Igualmente, el gobierno fue acusado de delegar en Castillo acciones que eran responsabilidad del Estado supuestamente para obtener ventajas políticas.

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