Hará algún tiempo, durante una de esas campañas electorales, un candidato fue muy criticado por su estilo de campaña. Distribuía alimentos y hasta pollos vivos. En algunas manifestaciones las personas despedazaban los pobres animalitos en su afán de conseguir alguno y así mitigar el hambre. De nuevo, el país tiene un candidato que da de todo, desde pan y salchichón, como ayer criticó uno de sus adversarios, y elevando el vuelo, gas para estufas, insumos al por mayor y detalle para combatir el coronavirus. Hasta a China viajó una flotilla de sus aviones, para traer cargamentos de ese tipo. Lo único que faltaría sería una suerte de “justificación ideológica” sobre los porqués de tanta caridad pública.