Un documento histórico excepcional: Informe de la comisión enviada desde China para establecer la condiciones de los chinos culíes en Cuba, 1874

En este artículo, que es una continuación del anterior de mayo 23, el objetivo es discutir algunos de las peticiones y los testimonios orales de los culíes en Cuba. El presidente de la Comisión entrevistó 1.176 chinos, que proveyeron testimonios orales y 1, 665 que proveyeron testimonios escritos, para un total de 2,841 documentos, más el informe final que describe el ambiente político en que se produjeron las investigaciones y los países envueltos en la misma.
Las peticiones y testimonios tienen sus limitaciones como fuentes históricas, porque no incluyeron ni a las mujeres ni a los culíes mambises, quienes estaban envueltos en la lucha por la liberación de Cuba, y su número fue significativo. y otros chinos fuera de las áreas de investigación.

La descripción realizada por Liza Yun, en su artículo El Coolie Habla: Obreros Contratados Chinos y Esclavos en Cuba. (Misférica 5.2. Race and Others, diciembre 2008. www.emisferica.org. P.1), merece la pena citarse…“los culíes…dejaron impresionantes testimonios orales y escritos de sus experiencias. Estas experiencias fueron descritas dentro de una sociedad esclavista en las Américas. Sus testimonios, completos o extractos, constituyen contra narrativas a los relatos históricos que invisibilizan las subjetividades de la mano de obra sometida a condiciones de esclavitud y semi-esclavitud. Esta es la primera vez que se presenta al público académico un examen crítico a estos materiales originales. Me interesa particularmente considerar las perspectivas, y de hecho los argumentos, presentados por los coolíes en relación a los géneros literarios y a los debates históricos y filosóficos sobre la esclavitud y la libertad.
Propongo, a través de la presentación del contexto histórico de los coolies y sus testimonios, que en Cuba éstos plantearon una crítica radical al contrato institucional, el cual fue ofrecido por la Ilustración y los filósofos abolicionistas como garantía de una sociedad libre. Así, mi investigación conduce a un diálogo con la historia (de la esclavitud y la libertad), la literatura (del cautiverio), y la filosofía (del “contrato”). ¿Cómo son desafiados los conceptos de esclavitud y libertad (bases de los argumentos excepcionalitas americanos y occidentales), por las historias de las diásporas asiáticas en las Américas? En segundo lugar, ¿cómo contribuyen estas narrativas transnacionales de los primeros asiáticos traídos a este hemisferio (en los siglos XVIII y XIX) a una revisión de los legados de la historia y la literatura de América del Norte y del Sur? Los coolíes de cuba revelan vidas de intensa violencia y de luchas inexorables no sólo por la liberación de la esclavitud, sino que también a favor de prácticas transculturales, usos estratégicos del lenguaje, y conciencia racial y colectiva. Su emergencia como cuerpo político subalterno y su movilización masiva le prestan una nueva dimensión a la historia de los movimientos antiesclavistas, la de una resistencia asiática contra la esclavitud en el occidente durante varias décadas. A diferencia de los géneros histórico-literarios de las narrativas de la esclavitud y la inmigración, las palabras de los coolíes se han mantenido en los márgenes de la literatura y la historia”.

Estas peticiones y testimonios son una fuente primaria imprescindible para conocer las condiciones infernales por la que pasaron estos inmigrantes y las decisiones que tomaron ante situaciones en extremo adversa. Además, nos permiten conocer el punto de vista del oprimido, lejos del control de los mayordomos y los dueños de plantaciones.

Pero laborando en las plantaciones, en una coyuntura de alta demanda de fuerza de trabajo, y con la presión de la posible liberación de los esclavos negros, los culíes se convirtieron en las víctimas de la explotación despiadada e innumerables humillaciones desde castigos corporales a la burla y el desprecio por sus características étnicas y culturales. Estas conductas de mayorales y dueños de plantaciones herían en su intimidad su propia dignidad. Muchos de estos incidentes aparecen recogidos en el informe de la Comisión.

Consideremos algunos de los testimonios, el primer caso que vamos a discutir del libro de Lisa Young, que hemos citado múltiples veces. Proviene del testimonio de Ou Rong, culí de 23 años, el cual fue secuestrado y traído a Cuba a la edad de 15 años. Según sus declaraciones, “12 trabajadores murieron de los latigazos tan fuertes que recibieron, su carne se infestó y se llenó de gusanos, otros trabajadores huyeron a las montañas y murieron de hambre. También Ou Rong, ejerció sus formas de resistencia como pelearse con los dueños, rehusar trabajar, fungiéndose enfermo, y escapar de la plantación.” The Coolies Speaks, Chinese Indentured Labors and African Slaves in Cuba. Philadelphia, P.A. Temple University Press, 2008 (Los Culíes Hablan, Trabajadores Contratados y Esclavos Africanos en Cuba. Traducción de Luis Álvarez López. P.146).

Un testimonio similar es el de Wen Changtai, estudiante de 19 años, secuestrado para ser llevado a Cuba. Él declaró…’’ yo fui testigo de nueves trabajadores que se ahorcaron, uno que se tiró en la caldera de azúcar hirviendo. Otros murieron, porque golpeados múltiples veces, les salieron yagas en el cuerpo y terminaron infectándose. Declaró también como algunos trabajadores eran víctimas de las mordidas de los perros de los mayordomos. Los blancos trataban a los chinos peor que los perros.(-Deposition 18, Yun P.148).

Otro testimonio, fue el He Aying, el cual describió los tipos de suicidios más comunes en los testimonios, además de ahorcarse, algunos se cortaban la garganta, se ahogaban en los ríos, otros se envenenaban.(-Petition 73, Yun P.147).

De acuerdo a Elisa Gómez Pedraja, quien también investigó las peticiones, en “un ritual de humillación”, un propietario, siguiendo las declaraciones de Lion Areng, “ fui vendido a una plantación azucarera donde fui permanentemente golpeado. El propietario era abominable. Si el trabajador chino estaba enfermo el propietario le pedía a una esclava que orinara y luego forzaba al trabajador a beberse la orina. Si el trabajador bebía la orina, entonces consideraba que estaba realmente enfermo y podía descansar un poco” (Elisa Gómez Pedrajas, Tráfico y Explotación de Seres Humanos Coolies, www.ascagen.ES.>coolies.B pdf. (Deposición 175, P.16).

La humillación sufrida tiene profundas connotaciones raciales, un grupo subordinado, el culí amarillo, se somete al otro grupo subordinado negro por mandato del propietario, hombre blanco. Pero también, en su análisis, Liza Yun destaca la perspectiva de género, pues se trataba de una mujer africana cuyos orines tenían que ser ingeridos por el chino culí.

Por último, repasemos las declaraciones de Chen Ajin, carpintero de barcos en China que dijo: “una vez le dije al capataz que estaba enfermo. Él me dijo que yo estaba fingiendo y le ordenó a cuatro personas que me ataran, me quitaran los pantalones y me golpearan 200 veces. Mi carne estaba llena de llagas. Luego me pusieron grilletes y todavía tenía que trabajar. Pero eso no fue todo, volvieron por la noche y pusieron sal y jugo de naranjas en mis heridas, casi muero de dolor” (Gómez Pedraja, Deposición 120, P. 16).

Resistiendo La Opresión: Violencia contra los opresores
Los informes de la Comisión demuestran la radical resistencia de los culíes chinos, sus testimonios y deposiciones son una contra narrativa que reta la visión de la clase dominante y su visión opresiva y racista de la sociedad. Como bien señala Narváez en su tesis, “La experiencia de los chinos demuestra que es una historia que va más allá de la victimización de los chinos por parte de la clase dominante. Similar a la experiencia de los africanos y otros grupos de migrantes no blancos en las Américas, los culíes resistieron la dominación total, la marginación, la explotación y se tornaron activos en la organización se su propia vida y futuro”. (Benjamín Narváez, Chinese Coolies in Cuba y Perú; Race, Labor, and Inmigration, 1839, 1886. Dissertation University of Texas, Austin, 2010. P. 323.)

Los suicidios, al igual que el cimarronaje, la quema de los cañaverales, y el asesinato de mayordomos abusivos, y el rechazo a los castigos corporales no nacían de una predisposición cultural para victimizar al victimario. Su actitud radical por la resistencia nacía de la propia dialéctica de opresión-resistencia que son parte de todas las sociedades esclavistas, y además de las conciencia de los culíes, que sabían que eran hombres libres tratados como esclavos.

Tanto la opresión como la resistencia de los oprimidos son variadas y multiforme, en este caso particular es evidente que los culíes resistieron teniendo conciencia de ser hombres libres, cuya libertad le había sido arrebatada por mayordomos y dueños de plantaciones al burlarse los acuerdos contractuales.

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