Estar preparada para ser madre implica tener madurez emocional y estabilidad relacional con la pareja

La maternidad es un compromiso de por vida que no siempre surge de manera planificada o deseada, pero cuando aparece se inicia un camino que recorreremos juntos de por vida. Un lazo que difícilmente se rompa porque es una unión infinita, incomparable.

Ser madre es algo muy serio que no se puede imaginar hasta tanto no se alcanza.

Los hijos son nuestra continuación, la realización de nuestros sueños, anhelos y desvelos; nuestro motivo de vida, la vida misma y por ellos renunciamos a lo que sea.

¿Cómo saber si estamos preparados para asumir ese rol?
A esa pregunta responde Jessica Valdez Martínez, psicóloga clínica terapeuta de familia, pareja y sexual.

“Cuando se piensa en planificar un embarazo, y también aquellas veces en que se da sin buscarlo, el miedo más grande es saber si estamos listos para ser padres. En el caso de la mujer, casi todas en algún momento de su vida tienen esa duda y es normal que suceda. Estar preparada para ser madre significa asumir una responsabilidad y compromiso para el resto de toda la vida “, explica la profesional.

Desde pequeñitas se da por hecho que todas lo seremos, que es una meta que debemos cumplir “y que ese momento llegará cuando tengamos una pareja y un trabajo más o menos estable y a una edad determinada. Pero no necesariamente pasa siempre de esta manera, porque la maternidad es un deseo, no un instinto, por eso, algunas anhelan ser madre y otras no”, aclara la psicóloga.

Factores determinantes

“En el plano morfológico, nuestro cuerpo está mejor preparado para albergar y dar a luz a un bebé entre los 20 y los 30 años. A partir de los 30, la fertilidad femenina empieza a decaer poco a poco. Por eso, la edad es un factor determinante, pero coexisten muchos otros factores a la hora de determinar si estamos preparadas o no para ser madres. Se trata de una decisión personal muy importante en la vida de la mujer que requiere ser cuidadosamente meditada y va a depender en gran parte de la realidad y los valores de cada una”, subraya Jessica.

Agrega que eso de estar preparada o no para ser madre, es algo muy relativo. “Por ejemplo, hay algunas que consideran que un hijo debe llegar cuando el resto de su vida está organizada. Para ellas, su preparación se basa en tener los medios necesarios para darle al hijo los mejores cuidados. Sin embargo, también es muy común que al lograr sus objetivos se pongan otros y luego otros y nunca lleguen a encontrar el momento ideal”, resalta.

Asegura que otras pueden creer que para determinar que es el momento adecuado para ser madre, basta con sentir el deseo de tener un hijo, “pero la realidad es que estar listos para ser padres no consiste únicamente en tener un bienestar económico para recibirlos o un gran deseo de tenerlos”.

Estar lista para ser madre, conforme a lo que explica Jessica, es tener la capacidad emocional para cambiar por completo esa vida que armaste y armaron como individuos y como pareja. Porque siempre se habla de la madre y su deseo de serlo, pero el hombre no se diferencia de ella; también siente y pasa por el proceso. Así que cuando se decide ser madre hay que pensar en la pareja y en los cambios que traerá ese ser a la vida de ambos.

Un hijo modifica los horarios, las salidas, las relaciones familiares y hasta el tiempo que tienen los padres como entes individuales.

Para Jessica, estar preparada para ser madre es tener madurez emocional y estabilidad relacional con su pareja y/o consigo misma. Recomienda evaluar detenidamente las razones, señalando que hay muchas que son equivocadas.“Por ejemplo: querer tener un hijo porque te sientes sola, o porque crees que es tu obligación, o porque piensas que va a solucionar tus problemas de pareja, entre otras, son motivaciones que hacen aún más complicado criar un hijo, los hijos son una responsabilidad”, asegura.

También aconseja tomar en cuenta la relación de pareja; estudiarla, “pregúntate si es ese el padre con el que quieres tener y criar a tu hijo. También te servirá evaluar tu estabilidad económica y si realmente puedes con los gastos de un hijo”, expresa Jessica.

Subraya que la realidad es que las mujeres podemos decidir si queremos o no ser madres y no se trata de estar preparadas, como quien estudia para un examen.

“Ser madre implica muchísimas cosas que no podemos prever ni controlar. Por lo tanto, ocupémonos de decidir bien. Tomemos conciencia de cómo, cuándo, dónde, con quién y en qué condiciones queremos ejercer nuestra maternidad. Esto nos aportará seguridad y libertad y hará mucho menos compleja la crianza de ese hijo”, puntualiza la psicóloga.

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