Viendo ese partido ausente de la campaña; sus altos comités que no dicen ni pío; su liderazgo alterno resentido por la sorpresiva jugada danilista con el Penco; su estructura doctrinaria en la que ya no hay doctrina; sus dizque “círculos de estudios” en los que nadie estudia y su errático proyecto electoral que carece de discurso, creo que Leonel Fernández (quien de máximo líder del partido-gobierno ha bajado a predicador ambulante) tiene razón al lamentar amargamente que ese otrora bello proyecto boschista ya no sea lo que fue: “Una gran familia”…(Y si pierde en julio, ¡Dios repartirá suerte, como lo hizo en el PRD y el reformismo!).

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