Jorge Fuentelsaz y Albert Traver

Nueva York/Washington, 30 mar (EFE).- El estado de Nueva York, el epicentro de la COVID-19 en Estados Unidos, trabaja a contrarreloj a la espera de un «tsunami» de contagios mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, antepuso este lunes «salvar vidas» a reactivar la economía al superarse los 160.000 positivos en el país.

«El tsunami está llegando; lo sabemos. Es el momento de reunir suministros y prepararse», reconoció este lunes el gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo.

Su estado es el más golpeado con diferencia por el coronavirus en Estados Unidos, con 67.000 de los 163.000 positivos en todo el país y 1.342 de los 3.148 fallecidos. Entre los contagiados neoyorquinos, unos 9.500 están hospitalizados y 2.000 en cuidados intensivos.

Al desbordamiento de los hospitales se le suma el de las morgues, por lo que las autoridades en Nueva York han instalado depósitos de cadáveres móviles en Manhattan y Brooklyn para hacer frente a la crisis provocada por el COVID-19.

JAVIT Y COMFORT

Para aplacar el «tsunami» augurado por Cuomo, Nueva York contará con 3.500 nuevas camas hospitalarias entre las 1.000 del buque militar médico Comfort, llegado este lunes a la ciudad, y las 2.500 del hospital de campaña instalado en el centro de convenciones Javit.

El alcalde de Nueva York, Bill De Blasio, recibió en el muelle 90 de Manhattan al buque militar y destacó que la ciudad contará de manera inmediata con «750 camas para aliviar la presión sobre el sistema de salud» y subrayó que el Comfort cuenta con 1.200 personas entre marineros y personal médico.

El contraalmirante del Comfort, John Mustin, explicó que no se dedicarán a tratar pacientes con la COVID-19, sino a «liberar la presión» que sufren el resto de hospitales, recibiendo a otro tipo de enfermos para que estos «puedan enfocarse en esta pandemia».

El barco está también equipado con 12 quirófanos, un laboratorio médico, una farmacia y radiología digital, así como con dos instalaciones para la producción de oxígeno y una plataforma para el despegue y aterrizaje de helicópteros.

«SALVAR VIDAS»

Después de que sus asesores médicos de más alto rango le avisaran este fin de semana que Estados Unidos enfrenta entre 100.000 y 200.000 muertos por la COVID-19 incluso manteniendo las medidas actuales de confinamiento, Trump ha dejado de lado de momento su objetivo de reactivar cuanto antes la economía.

«Bueno, (el confinamiento) es muy malo para la economía, pero la economía es el número 2 en mi lista. Primero, quiero salvar muchas vidas», aseguró Trump durante su rueda de prensa diaria sobre el coronavirus en la Casa Blanca.

El mandatario cambió así su discurso de la semana pasada, cuando dijo que «el remedio no puede ser peor que la enfermedad» en referencia a una recesión e instó a reactivar la economía nacional lo antes posible y relajar las medidas de confinamiento.

Su objetivo era que el próximo 12 de abril, domingo de Pascua, las iglesias estuviesen «repletas» como un símbolo de esa reactivación, sin embargo ya ha ampliado hasta el 30 de abril las medidas federales de distanciamiento social.

«Siguiendo muy enérgicamente estas pautas, podríamos salvar más de un millón de vidas», dijo.

WASHINGTON, CONFINADO

Tras registrar cerca de 3.000 contagios y unos 50 fallecidos, el Distrito de Columbia y los estados de Virginia y Maryland, que conforman el área metropolitana de Washington, decretaron este lunes una estricta orden de confinamiento a sus residentes.

El gobernador de Maryland, el republicano Larry Hogan, alertó que Washington puede ser uno de los puntos calientes en la «nueva ola» del COVID-19 en Estados Unidos tras la primera que ha afectado sobre todo al área de Nueva York.

La orden prohíbe a los residentes salir de su hogar a excepción de ir a buscar comida y medicinas, ir a trabajar a empleos considerados esenciales, realizar viajes esenciales, así como ciertas actividades recreativas.

EL ZANDAAM, SIN PUERTO

El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, se mostró reacio a autorizar el atraque en sus puertos del Zandaam, el crucero en el que han muerto cuatro personas durante un viaje a Sudamérica y hay casi 200 personas enfermas con síntomas de la COVID-19.

Para DeSantis, sería «un error» traer a los pasajeros enfermos a Florida y e instó a la naviera del crucero, Holland America Line, a que organice un equipo de personal médico que atienda a los pasajeros a bordo del barco. EFE

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