Las guerras al narcotráfico de estupefacientes, viene dejando una estela de muertes que se acerca al millón de víctimas. Es tema recurrente en multitud de filmes, series, miniseries y telenovelas que pueblan la programación de salas de cine, la tv y ahora con las plataformas digitales vía Internet. Entre esas NARCOS por Netflix con una particularidad que nos ha llamado la atención por su fuerte relación con procesos electorales como la elecciones presidenciales mexicanas de 1988, que deja una sensación déjà vu con lo que ocurre en RD y sus procesos electorales de hoy y siempre. Un personaje narra: –”¿Cómo se hace una elección limpia en un país al que la corrupción lo define? Con transparencia –se responde, y explica el truco para falsearla– Las elecciones mexicanas de 1988 serían como ninguna de las anteriores. Se pusieron monitores en todos los centros electorales y se cargaron todos los votos en una única acta, una única hoja de recuento. Así, los números se ingresarían rápido al servidor central. La computadora los tabulaba y enviaba los resultados a la sala de observación (donde estaba el técnico para el fraude, nota mía), donde la terminal los mostraba a periodistas y a la oposición. El miembro más importante de ellos, del FDN de Cárdenas, era el ex diputado Francisco Ovando. Todos los partidos y periodistas tendrían los resultados en tiempo real. Seguidas tan de cerca, las elecciones se veían legítimas, una nueva era de la transparencia. Toda esa tecnología reluciente tiene que ser justa. O por lo menos eso quería que creyeran todos.”. En razón de la quiebra de ritmo al mezclar hechos históricos, material documental y la historiada friccionada de los personajes envueltos en la trama, se nos presenta una narrativa con ciertos deslices en su construcción orientados a mantener suspense de manera que estemos interesados en cómo llegaron al destino trágico que siempre tienen los narcotraficantes. Pero esa puesta en escena termina por sucumbir en el interés pues disminuye fuertemente en la estrategia narrativa debido a escenas obviamente ficticias. Esa estrategia se concentra en los conflictos que llevan los villanos narcos para lograr sus objetivos y la burocracia a que se enfrentan los agentes de la DEA para cumplir sus misiones. Sus amargues y soplos de felicidad nadan en el mundo del capitalismo estadounidense de los 80 (tan diferente al capitalismo financiero de hoy). Componentes como venganza, codicia y egocentrismo es plausible a estos personajes que llevan la historia.

HHHH Género: Thriller, acción, histórico.
Duración: Serie de 10 episodios de 60 minutos.

Posted in Crítica Cine

Más de cultura

Más leídas de cultura

Las Más leídas