Una fábrica situada en la ciudad de Khomein (Irán) produce cerca de 2.000 banderas de EE.UU, Reino Unido e Israel al mes en sus períodos de mayor actividad. El destino de estas no es otro que ser utilizadas en manifestaciones contra estos países, en donde las banderas acaban siendo pasto de las llamas.
«No tenemos ningún problema con el pueblo estadounidense y británico. Tenemos un problema con sus gobernantes. Tenemos problemas con sus presidentes, con la política equivocada que tienen», explicó Ghasem Ghanjani, el propietario de la fábrica, citado por Reuters.
Un gerente de control de calidad de la fábrica apellidado Rezaei señaló a la agencia que, «en comparación con las acciones cobardes de Estados Unidos, como el asesinato del general Soleimani, esto [quemar una bandera estadounidense] es lo mínimo que se puede hacer en su contra».
El general iraní Qassem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds, unidad exterior de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, fue asesinado en un ataque aéreo estadounidense cerca del aeropuerto de Bagdad el pasado 3 de enero. Su muerte desencadenó una nueva escalada de tensión entre Washington y Teherán.
