Juristas analizaron la Constitución del 2010 en ocasión del décimo aniversario de su promulgación

El expresidente Leonel Fernández consideró que todo proceso de reforma constitucional requiere de consulta popular porque “no basta con que se tenga mayoría en el Congreso Nacional”.

Fernández sostuvo que la Constitución dominicana se ha visto amenazada, cuando no se entienden los límites del poder que son necesarios para evitar volver a una dictadura.

“La Constitución pare reformarse, no basta con que se tenga mayoría en el Congreso, la sociedad tiene que ser consultada, tiene que ser integrada. Nosotros vemos que nuestra Constitución se había amenazado por el hecho de que no se entienden los límites del poder y cuando llega el término de finalización de un mandato presidencial, se quiere modificar para seguir en el poder y nosotros siempre hemos dicho que el problema de esto consiste en no entender los límites del poder y que retrocedamos a una dictadura sea con el presidente de turno que la quiera cambiar o alguien que piense que eso se puede cambiar y que no tiene consecuencia. Entonces, toda nuestra lucha, todos nuestros dolores, todas nuestras lágrimas, todas nuestras penurias vuelvan hacia atrás, porque vuelva algún Trujillo del siglo XXI”, manifestó Fernández en el marco de una conferencia organizada por la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), en ocasión del décimo aniversario de la promulgación de la Constitución del 2010

“Yo creo que se debe llegar al acuerdo político, y que en todo proceso de reforma constitucional requiere una consulta popular y toda reforma sustantiva, va a requerir del referéndum y del plebiscito. En esa forma podemos garantizar la estabilidad constitucional, que tendrá como consecuencia la estabilidad política democrática que es la premisa para el desarrollo y el progreso de República Dominicana” añadió.

En ese sentido, el expresidente consideró que el Congreso que se elija a partir de agosto debe darle prioridad a la aprobación de las leyes reservas de la Constitución, para darle sentido a los aspectos novedosos de esta, como el referéndum aprobatorio, consultivo y otros.

Vida de la Constitución

Durante el conversatorio, se pasó balance a las reformas que ha tenido la Carta Magna dominicana, desde su promulgación a la fecha, se ha reformado unas 39 veces.

Al ser cuestionado, sobre la “vida” que le queda a la vigente Carta Magna, Fernández respondió que “depende del pueblo dominicano”.

“Obviamente que para defender la Constitución se requiere conocerla, porque lo que usted no conoce no le apasiona.
Entonces divulgar el contenido de la constitución, establecer una metodología de aprendizaje de involucramiento es lo que va a permitir su supervivencia en el futuro. Dentro del currículo profesional, establecer la educación en valores, cuando la gente entienda lo que significa para su vida personal y de la familia”.

En eso coincidió el juez del Tribunal Constitucional de España, Pedro González Trevijano, que participó del panel junto a los ex jueces del Tribunal Constitucional Dominicano, Leyda Piña y Jottin Curi y el jurista Namphi Rodríguez.

En ese sentido, el juez español planteó que la clase política debe ser respetuosa de las disposiciones constitucionales y de los derechos fundamentales de los ciudadanos.

“Los políticos deben permitir que la constitución se asiente, se haga estable, estructure el país, permita desarrollar adecuadamente el ejercicio de las funciones públicas, reserve los derechos, los garantice y evite la concentración del poder político.
Ese es el reto que ustedes tienen y que tiene la clase política”, enfatizó. Sostuvo que en la República Dominicana, “hay que desarrollar el deseable sentimiento constitucional, el afecto el cariño que los hombres ponen en sus obras, aquellas que van vinculadas a la apuesta por el derecho a la libertad y para eso hace falta, tiempo, respeto, acomodo y desarrollo del cariño constitucional.

González, quien fue asesor técnico del proceso reformatorio del 2010, sostuvo que dicha Constitución “es la del consenso porque su aprobación respondió a un compromiso entre todas las fuerzas”.

Otra cualidad que destacó de la Constitución del 2010, es que establece un mecanismo eficaz del control del ejercicio político.

“La Constitución dominicana del año 2010 es una Constitución que si tuviese que pasar el test de la constitucionalidad lo pasaría con matricula de honor. Solo basta leerla, con un espíritu desapasionado para darse cuenta el papel que se encomienda a los deberes y derechos fundamentales, absolutamente desconocidos en textos constitucionales anteriores y la obsesión por el control del ejercicio del poder político, temporal, horizontal, vertical”, subrayó el juez.

En tanto que Namphi Rodríguez expuso que la Carta Sustantiva es la más moderna de América Latina, incluso que la de Colombia y Educador. No obstante, dijo, esto no significa que se haya dado “una absorción” de los contenidos constitucionales, sino que relata más bien, un Estado aspiracional, de lo que debemos convertirnos.

Refirió que tiene implicación en la calidad del liderazgo político que no ha asumido esta Constitución.

La ex jueza constitucional Leyda Piña destacó que el texto constitucional aborda una relación del ciudadano con el poder. Apeló, en ese sentido, a la conciencia del ciudadano para interactuar con esos derechos. “empoderase y hacer de la Constitución un texto vivo”, exclamó.

Cury, en tanto, destacó el deber que tiene el Estado de intervenir y regular el libre comercio para evitar la exclusión social. Hizo el comentario en relación a los derechos económicos consignados en la pieza.

Pedro Gónzalez Trevijano, juez del Tribunal Constitucional español.

Dignidad humana y Constitución

Durante el panel, el presidente de Funglode abordó el tema de que por primera vez en la historia constitucional dominicana, hay un preámbulo en la Ley Sustantiva.

Al respecto, la exjueza Leyda Piña consideró que tal vez el contenido más relevante del fundamento del texto es la centralidad de la dignidad humana.

“Haber centrado en la dignidad humana, el valor y fundamento de la nación, ser un derecho reconocido es un hito absolutamente inconmensurable. Haberla consignado como el fundamento de la nación y hacer de eso un derecho que pueda ser reclamado ante un tribunal como, es tan transcendente en la conciencia cívica, en la razón de ser de una persona viviendo en un país que articula otra concepción, es otro grado civilizatorio”, adujo Piña.

Detalló que el reconocimiento de la dignidad humana como derecho, cambia la manera de relacionarse y de divertirse, de respetar al otro.

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