El feriado del 21 de enero, Día de Nuestra Señora de la Altagracia, fue fijado a finales del siglo 17. La devoción altagraciana inició en La Hispaniola a principios del siglo 16. El sacerdote L. Gerónimo de Alcocer dijo: “la imagen milagrosa de Nuestra Señora de la Altagracia está en Higüey”, traída a la isla, según la historia, por Alonso y Antonio de Trejo, colonos españoles residentes en Higüey, en 1506. Mientras es uno de los más antiguos de América, el culto altagraciano continúa fascinantemente vigente. Toda tradición, observó el escritor estadounidense Mark Twain, es vieja y al propio tiempo nueva cada vez; porque revive y se renueva en cada generación, que la vive y aplica en una nueva y particular manera. Tal cual “Tatica”.

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