“Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía”, dijo Séneca. Es muy desesperanzador que los procesos judiciales se alarguen o dilaten, tanto, que lleguen a durar años y años. Y esa es dolorosamente norma en nuestro país; la llamada mora judicial, calificada de enfermedad crónica por el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Luis Henry Molina. Como resaltó, los jueces tienen que poner de su parte para reducirla, mostrando carácter y firmeza ante lo que son claramente tácticas dilatorias de los abogados de acusados, contratados parar demostrar la inocencia de sus clientes, pero que lo que se ha visto que hacen es maniobrar para dilatar lo más posible el proceso, un abuso procesal y tamaña perversidad.

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