Hoy es 24 de diciembre, día de Nochebuena, una ocasión donde todos estamos buscando un encuentro familiar para departir alegremente con todas las personas que amamos, que cuidamos y queremos preservar por siempre.

La Nochebuena es una especie de día del reencuentro familiar. Un hermoso momento para, junto a una suculenta o humilde cena, darnos cuenta de cuan importante son los seres humanos que Dios puso a nuestro lado.

En esta ocasión de Nochebuena es costumbre de todos los habitantes de nuestra nación y de muchas naciones del mundo, sentarse a la mesa junto a sus familias para degustar una cena de unidad y de amor familiar.

Sin embargo, hay algo de mayor importancia que el comer o compartir un trago junto con la familia. Durante toda esta temporada de navidad, pero muy especialmente esta noche, nuestros pensamientos y sentimientos deben ir dirigidos a quien es el centro de esta celebración, Jesús, quien sin lugar a dudas es el verdadero significado de la navidad.

Todo el mundo cristiano celebra esta noche el preludio del nacimiento de quien transformó la humanidad por siempre y para siempre, de quien vino a entregarse por nosotros y fue crucificado en el calvario para que todos encontremos el camino de la verdadera y única salvación. Es por eso que Jesús debe ser el centro de la cena de esta noche, debe ser la luz que te ilumine para que puedas compartir con amor y agradecimiento con toda la familia que él te ha dado en esta vida.

Y precisamente, esta noche es un buen momento para que comprendas que tu familia es el mejor regalo que te ha dado Dios y que siempre debes valorarlo como tu mejor regalo de navidad. En estos momentos donde el sentido comercial ha cambiado la verdadera esencia de la celebración de las navidades, es momento para que reflexiones, y te sientes tranquilo a pensar en todos los seres que amas y que son parte de tu vida, todos esos seres que te han acompañado siempre sin importar las circunstancias y a los que, por el trajinar diario, se te olvida darles gracias y mostrarles afectos.

Aprovecha esta cena de Nochebuena para ser agradecido y para mostrar a los seres que amas, que ellos son muy importantes para tu vida. Empieza dandole gracias a Dios por haberte dado la familia que tienes. Ese es siempre el mejor regalo de Navidad que has podido recibir en todo tu vida. Hoy agradece a Dios por darte vida y por darte esa hermosa familia que te rodea. Dale gracias por los padres que te dio y muéstrale tu amor y tu gratitud a ellos, estén vivos o ya fallecidos, expresándolos que Dios no se equivocó poniéndote como su hijo.

Esta noche, abraza y ama a tu esposa de una manera muy especial. Muéstrale tu corazón lleno de amor y agradecimiento a Dios por haberte permitido encontrarla y hacerla tu esposa. Dile a ella que Dios no se equivocó cuando los unió y decidió el matrimonio de ambos. Expresale con agradecimiento y alegría, que una de tus grandes satisfacciones en tu vida ha sido caminar junto con ella la ruta de Dios en la construcción y cuidado de tu familia.

Esta noche, habla con tus hijos e hijas, diles que ellos son un hermoso y alentador regalo de Dios para tí. Que ellos son la herencia que Dios ha decididó forjar para que tu ejemplo se modele en ellos. Dile que los quieres, que más que un regalo material, ellos son un verdadero regalo esencial para que la vida tenga sentido. Dale amor, dale ternura, dale cariño, haz que tus hijos sientan de verdad el agradecimiento que tienes para con Dios por haberte permitido ser su padre. Si tienes nietos, haz lo mismo con ellos, aunque sean pequeños y todavía no entiendan. Hazle saber que ellos son coronas de amor y alegría que Dios ha colocado en tu cabeza.

Esta nochebuena, al momento de sentarte en la mesa, pon en tu pensamiento esas hermosas y certeras palabras del apóstol Pablo expresadas en el libro de los Hechos 16:31: “Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos”. Amen.

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