Elaboración de las piezas

Génesis Beatriz, estudiante de término de la academia, dijo que para la elaboración de las piezas se llevan a cabo una serie de procesos de siete pasos esenciales, que son “comprar el barro, sacarle todo el aire, amasarlo, preferiblemente con las palmas de las manos, hacer las piezas con un molde, luego se deja secar por un tiempo aproximado de 15 días y un mes, y tapar con funda o con tela para un secado más efectivo. Una vez realizado este proceso, se lleva al horno a bizcochar por cinco horas, que es el proceso de dureza de la cerámica, luego pintan las piezas y por último proceden a quemar la artesanía, hasta tres veces durante 10 horas en un horno especial, que fue donado por la JICA”.

Explicó que “llevar las piezas al horno es la parte más delicada, porque se pueden romper”.

Por esta razón, veteranos del área expresan que hay que darle su espacio a este riguroso oficio, que más que una carrera, es un arduo trabajo y una forma de darle vida a lo que se piensa, “por eso se le debe dar su debido valor, por el rigor que conlleva trabajar cada una de estas artesanías”.

Fasuko explicó que el período estudiantil de un año no es suficiente, ya que en Japón esta carrera conlleva 10 años de preparación, y que en la actualidad se necesitan más ceramistas para explotar este arte por todo el mundo.

“El creador debe seguir moldeando su vocación y ampliar su conocimiento, yo me encargo de enseñarles algunas técnicas a los estudiantes, y con esa base que ellos tienen, pueden desarrollar su propio estilo”, dijo Fasuko.

La escuela

La ENAV cuenta actualmente con un Pensum de 24 asignaturas en las que se destacan Dibujo, Pintura, Escultura, Anatomía Artística, Perspectiva, entre otras, impartidas por algunos de sus docentes, entre ellos Dustin Muñoz, Félix Manuel Soñé, Iris Pérez y Manuel Toribio.

La misma se inauguró el 19 de agosto de 1942, se encuentra ubicada en la calle arzobispo Nouel y su primer director fue el escultor español Manolo Pascual. Sus primeros profesores fueron Celeste Woss y Gil, José Gausachs y George Hausdorf, artistas europeos, sobre todo españoles, que emigraron a nuestro país.

La falta de apoyo que sufren las escuelas de bellas artes, (Teatro, Ballet, Música y Artes Visuales), que muchas veces no cuentan con ingresos fijos para resolver problemas de infraestructuras que presentan las edificaciones, el financiamiento de las actividades, el presupuesto para llevar a cabo las ceremonias de graduación de los estudiantes, así como la necesidad de que se le reconozca como una institución de estudios superiores por el completo Pensum que tienen estas entidades del arte dominicano, son reflejo de la ausencia de un verdadero soporte por parte del Estado.

“Urge un apoyo mayor en las escuelas de bellas artes, para suplir a nivel nacional en cuanto a infraestructura, capacitación y formación, para poder suplir la demanda que tienen los más de 50 liceos de bachilleratos en arte que tiene el Ministerio de Educación, que mucho de esos maestros carecen de las competencias necesarias y de las certificaciones pertinentes. Entonces estas escuelas deben parir los maestros, pero necesitan una intervención del Estado. Lo que urge es la creación de un Instituto Superior en las Artes”, observó Luis Amauris de los Santos, encargado de prensa de la ENAV.

Primera exposición

La primera exposición de esta escuela se inauguró el 10 de julio de 1943, y en 1944 se nombraron nuevos profesores, como el doctor Mairení Cabral, en Anatomía Artística y el ingeniero Pou Ricart, como profesor de Perspectiva.

En 1945 se graduaron los primeros alumnos como profesores de Dibujo, entre ellos Luz María Castillo, Aída Roque, Luis José Álvarez del Monte, Rafael Pina Melero, Gilberto Hernández Ortega, Gilberto Fernández Diez y Luis Martínez Richiez.

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