Esther Eduviges Jiménez es una mujer luchadora, madre de cuatro niños que vive en Bonao.

Luego de pasar por el trauma de ver desfigurado su rostro, Esther Eduviges Jiménez decidió compartir su historia de superación por medio de las redes sociales, sin darse cuenta que con sus palabras, cambiaría la vida de miles de personas.

Hace ocho años la vida le cambió, y es que un hombre, sin mediar palabras y sin darle razón alguna, le lanzó “ácido del Diablo” en su rostro cambiando su vida para siempre.

Esther relata a elCaribe que un hombre fue al lugar donde laboraba y le dijo: “mira, ahí te mandaron” y sin pensarlo dos veces, destruyó su rostro e inmediatamente huyó. Aún no ha sido detenido por las autoridades.

“La policía fue una sola vez a mi casa, y como estaba tan grave, no volvieron más”, relata triste la madre de cuatro niños menores de edad.

Operaciones

Debido a esto, se ha sometido a 27 cirugías, ya que perdió el ojo izquierdo, la nariz y parte de la piel.

“No me han hecho ninguna cirugía estética, solo injertos”, aclara.
Esther narra, con mucho dolor, que su madre murió de tristeza a al ver en las condiciones en que quedó.

Relata que lo más difícil para ella ha sido buscar trabajo, ya que en incontables ocasiones la han rechazado por su apariencia física. Afirma que gracias al Ministerio de Defensa, recibe una ayuda todos lo meses, aparte de que hace cortinas y cojines para sustentar a sus hijos.

En las redes

Sin importar por todo lo que ha pasado, Esther es una persona que transmite alegría, paz y un amor inmenso hacia Dios, por lo que, a través de las redes sociales, intenta darle ánimo a todas aquellas personas que han pasado, o están pasando por una situación difícil.

“La gente dice que soy una guerrera, no sé mucho de tecnología, pero decidí usar las redes sociales porque hay muchas personas en estado depresivo y soy testigo de que sin importar la situación, si abres tu corazón a Dios, él siempre estará ahí para ti”.

Segunda oportunidad

“Dios es lo más maravilloso que los seres humanos podemos tener y yo soy la niña de sus ojos, mi palabra favorita es que hay que agradecer a Dios en todo momento. Él sabe porqué permite las cosas; uno tiene que pasar la prueba, y me queda claro que Él da las peores batallas a sus mejores soldados”.

Para Esther, esta es una segunda oportunidad que Dios le ha regalado y afirma que por ningún motivo, quiere defraudarlo.

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