1.-  Respeto, pero no comparto la opinión de quienes consideran como buena la presencia de la Organización de Estados Americanos, para observar los comicios a efectuarse en nuestro país en febrero y mayo del próximo año 2020. En lugar de fortalecer la limpieza de cualquier actividad, la OEA, lo que hace es mancharla, emporcarla y de cualquier forma deshonrarla. En pocas palabras, la OEA  es una cosa que existe para menospreciar todo lo que maliciosamente trata.

2.-  Si hay  un país que debe ver como sospechosa cualquier acto donde esté presente la OEA, es la República Dominicana, porque ese instrumento al servicio del imperio, en distintas ocasiones ha servido para lesionarnos, golpearnos en lo más profundo de nuestros sentimientos democráticos. Allí donde se habla de la OEA, cualquier latinoamericano o caribeño, sin importar criterio ideológico, debe sentir repugnancia, asco, a la vez que absoluto hastío.

3.- En cualquier lugar donde hace acto de presencia la OEA, se impone la sospecha, porque la participación suya entraña malos presagios; sucesos desfavorables para nuestros pueblos. El imperio hace intervenir a la OEA para lo que es de su exclusiva conveniencia, jamás para el sano interés de las naciones latinoamericanas y caribeñas. Allí donde la OEA acecha es fácil  predecir maldiciones, adivinar lo dañino y prepararse para el infortunio, el fracaso y la completa tribulación. 

4.- Si los dominicanos y las dominicanas que incidimos en la vida política de nuestro país, debemos recurrir a una cosa tan desprestigiada como la OEA, entonces demostramos que no estamos en capacidad para construir una sociedad donde funcionen decente y fielmente las instituciones. Además,  nos debe avergonzar que una afrenta internacional como el señor Luis Almagro, llegue aquí para hacer el papel de vigilante comicial.

5.- La respetabilidad la alcanzan los pueblos cuando dan demostración de ser dignos de respeto. La deferencia se logra por la actitud de que nos hacemos dignos, y solicitarle a una porquería politiquera como la OEA que venga a hacer el papel de sucio testigo, nos reduce como país civilizado.

6.- Los actuales miembros de la Junta Central Electoral, tienen una vida pública y profesional bien conocida, y cada uno de ellos ha dado demostración de honestidad en su proceder, razón por la cual no hay justos motivos para poner en duda su continuada probidad en el curso y al momento de anunciar el resultado de los comicios venideros.

7.- Si no se puede poner en entredicho  la rectitud de los que en conjunto están llamados a dirigir y administrar en nuestro país las próximas elecciones, no se puede decir lo mismo de la OEA, órgano que tiene un historial de complicidad en deshonestidad; de actuaciones inmorales, ilegalidades y chanchullos de todo tipo. Basta con recordar la presencia de la OEA en los hechos que indicamos a continuación: 

a.- Recién creada, la infame OEA recibiendo órdenes del imperio, en 1949 apoyó al tirano Trujillo en la protesta internacional por la eliminación de los expedicionarios de Luperón;

b.-  La OEA,  haciendo labor de celestinaje, apoyó a los mercenarios que desde Honduras y Nicaragua, el 18 de junio de 1954, invadieron  a Guatemala para derrocar el gobierno democrático de Jacobo Arbenz; 

c.- La OEA, en su deshonrado proceder, el 17 de abril de 1961, patrocinó con el imperio la invasión a Cuba por Bahía de Cochinos o Playa Girón; 

d.- La crapulosa OEA, recibiendo instrucciones de su amo imperial, organiza y ejecuta el 31 de enero de 1962, con un voto en contra y seis abstenciones, la expulsión de Cuba; 

e.- La porquería de la OEA, fue cómplice de Estados Unidos en el derrocamiento el 25 de septiembre de 1963 del profesor  Juan Bosch; 

f.- La OEA, en una más de sus sinvergüencerías, legitimó la intervención norteamericana a República Dominicana en 1965;

 g.- La mancilladora OEA, en coalición con el imperio colaboró con las dictaduras militares del Cono Sur y con la Operación Cóndor, que en toda la década del 60 del siglo pasado, incluyendo la ensangrentada tiranía terrorista de Augusto Pinochet; 

h.- La alcahueta OEA, el 20 de diciembre de 1989, apoyó la invasión del imperio a Panamá;

i.- La OEA, como enflautadora de los intereses monopolistas norteamericanos ha hecho de puntal en los golpes de Estado contra Manuel Zelaya, el 28 de junio de 2009, en Honduras;  Fernando Lugo, el 20 de junio de 2012, en Paraguay y Dilma Rousseff, el 31 de agosto 2016, en Brasil, e impidió el triunfo de Lula.

j.- La OEA, en su reiterada posición golpista, desempeñó el papel determinante en el reciente  golpe de Estado a Evo Morales.

Entonces, ¿con qué calidad, qué mérito, qué respeto merece la OEA para venir a nuestro país, supuestamente,  a hacer el papel de observadora de las elecciones municipales y presidenciales de 2020? Señores, por favor, vamos a respetarnos para que nos respeten.

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