Encuentro con Don Marcio Veloz Maggiolo

Diversos temas para documentales de televisión y reportajes de periódicos que requirieron explicaciones autorizadas nos llevaron a entrevistar al narrador, arqueólogo, periodista y musicólogo Marcio Veloz Maggiolo, Premio Nacional de Literatura, quien tal vez por nuestra dejadez visceral como Nación no ha recibido lauros de prestigio universal como el Cervantes

Diversos temas para documentales de televisión y reportajes de periódicos que requirieron explicaciones autorizadas nos llevaron a entrevistar al narrador, arqueólogo, periodista y musicólogo Marcio Veloz Maggiolo, Premio Nacional de Literatura, quien tal vez por nuestra dejadez visceral como Nación no ha recibido lauros de prestigio universal como el Cervantes, el Príncipe de Asturias y, por qué no, el Nobel que otorga la Academia Sueca. Lo entrevistamos en sus residencias de los Jardines del Embajador, Gascue y Colinas del Oeste, donde vive en la actualidad, siempre junto a su compañera de toda la vida, la locutora, abogada y profesora Norma Santana, ida a destiempo.

Colinas del Oeste y Alameda, donde residimos, son sectores vecinos del municipio Santo Domingo Oeste, por lo que de manera informal nos encontramos con el autor de La vida no tiene nombre en la Plaza Duarte, o Carrefour, donde todo el que va es a comprar artículos de uso o consumo, además de pasar momentos de distracción y tertulias. Nadie puede ir a “buscar”, como diría un energúmeno. Así fue el más reciente encuentro con Don Marcio, esta vez acompañado de hijos y nietos, quien tras el cordial saludo se adelantó para ponderar positivamente esta columna, de la que dijo formaba parte de sus lecturas semanales.

A pocos meses de que se cumplan los 60 años de El Buen Ladrón, primera novela de Veloz Maggiolo, fuera bueno que la sorprendente oleada de jóvenes novelistas dominicanos del siglo XXI sigan las recomendaciones del patriarca indiscutido del género, para que sus creaciones se conviertan en insoslayables y trascendentales. Transcribo la que le hizo a un grupo de esos nóveles reunidos en la Academia de la Lengua, que preside su amigo Bruno Rosario Candelier: “Para escribir una gran obra dominicana, la misma debe tener un núcleo que sea de interés nacional, tener en cuenta nuestra tradición, debe estar bien escrita, con datos y referencias que reflejen que el autor está bien informado de lo que pasa en su país y en el mundo”. ¡Eureka!

Posted in El Libro Vive

Más de cultura

Más leídas de cultura

Las Más leídas