Es más que técnico

Es evidente que los cuestionamientos al sistema de voto automatizado implantado por la Junta Central Electoral (JCE) para las elecciones primarias de los partidos Revolucionario Moderno (PRM) y de la Liberación Dominicana (PLD) han derivado en un conflicto político.

Es evidente que los cuestionamientos al sistema de voto automatizado implantado por la Junta Central Electoral (JCE) para las elecciones primarias de los partidos Revolucionario Moderno (PRM) y de la Liberación Dominicana (PLD) han derivado en un conflicto político.
Habrá un millón de consideraciones, unas favorecedoras del método utilizado y otras descalificadoras. Argumentos en una u otra dirección sobran y difícilmente se encontrarán elementos que permitan establecer el consenso del que habló el pasado 29 de octubre el presidente de la JCE Julio César Castaños Guzmán.

Lo ocurrido el pasado 6 de octubre generó una situación que difícilmente permita esa conciliación. Fue en medio de esa coyuntura que Castaños Guzmán dijo: “Si no hay consenso, nos vamos con el método de las boletas”.

Era obvio que buscaba bajar el nivel de tensión.

El dato cierto es que el 22 de febrero deben celebrarse las elecciones municipales y la JCE tendrá que hacer lo que manda la Constitución, pero todas las medidas tienen que ser discutidas con las partes. No se presume en estos casos la imposición, porque entonces se desnaturalizaría su función de árbitro.

Puede interpretarse que existe un interés en utilizar de nuevo los equipos del voto automatizado. Quizás se carga con el peso de su alto costo para dejarlo en desuso, aunque las primarias fueron consideradas como un escenario de prueba.

Sin embargo, persisten los cuestionamientos. La decisión de someterlos a una auditoría, para lo cual ha sido contratada una compañía, constituye un esfuerzo orientado a validar su desempeño.

Aunque el principal partido opositor ha condicionado la auditoría a un determinado universo, varios partidos la han rechazado radicalmente, lo mismo que a la compañía contratada y el procedimiento utilizado.

Se supone que en una institución de la naturaleza de la JCE las decisiones políticas trascienden los actos administrativos y deben ser el resultado del consenso. Lo contrario podría constituirse en un ejercicio inútil que agregaría mayores desacuerdos y aprensiones para las elecciones de 2020.

No estamos ante una cuestión estrictamente técnica. Es un verdadero problema político.

Posted in Editorial

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas