Don Mario Lama Handal y su patrimonio moral

Don Mario Lama, un nombre que encierra una larga lista de logros a nivel empresarial que son conocidos por la mayoría de los dominicanos.

Don Mario Lama, un nombre que encierra una larga lista de logros a nivel empresarial que son conocidos por la mayoría de los dominicanos.

Sin embargo, me voy a detener en algo muy valioso que dejo don Mario al momento de su partida: el legado familiar.

El legado familiar de don Mario va mucho más allá del patrimonio económico que pudiese tener.

Ese patrimonio moral forjado en la formación de valores durante toda su vida, un aprendizaje continuo que supo transmitir a la segunda generación y está a la tercera.

Eso no es un aprendizaje que se obtiene en las aulas de las escuelas y universidades. No, eso don Mario supo ensenarle a los suyos de la única manera efectiva que existe: con el ejemplo.

En este orden, de los premios y merecidos reconocimientos que recibió, destaco el que pone de manifiesto el gran ser humano que fue don Mario, otorgado por la Federación de Mujeres Empresarias, un galardón especial como padre del ano.

Y es que sus cualidades como empresario, como empleador, iban a la par con su don de gente.

Solo de algo se lamentaba don Mario en el aspecto familiar: “de no haber tenido doce hijos para poner uno en cada sucursal”, me comentaba de manera jocosa don Mario en una entrevista cuando corría la década del 80.

Cada una de las tantas entrevistas que le hice a don Mario encerraba una enseñanza. Su capacidad de trabajo, incomparable, pero de él siempre me cautivo el hecho de sembrar en sus hijos el sentido de la humildad. Marito, Teófilo, Elsita, Milly, Mary y Pedrito, frutos de su matrimonio con dona Elsa Hache, representan dignamente el ejemplo de lo que significa la humildad, la unión, la solidaridad, el respeto por los demás.
Apegados a principios y valores que han sabido, a su vez, transmitir a sus hijos.

Nunca de ninguno de ellos se ha escuchado una nota discordante. Y ese es, para mí, lo más valioso de don Mario, en una sociedad que parecer ir a pasos agigantados por un mal derrotero.

Como empleador se entregaba más allá de lo meramente laboral, se identificaba tanto con sus necesidades que muchos le veían como un padre.

El funeral de don Mario fue una muestra más del cariño, admiración y respeto que se suma a todas las demostraciones que recibió en vida. Los que llegaban a la Funeraria no se limitaban a dar el pésame, firmar el libro de condolencias e irse.
La mayoría permaneció por horas, como queriendo reciprocarle a don Mario todo lo que en vida les entrego a cada uno de los allí presentes.

El funeral de don Mario reunió y confundió en un abrazo a representantes de nuestra sociedad pertenecientes a los escenarios económica, político, deportivo y social.

Todo lo expuesto garantiza a don Mario paz a su alma.

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas