Tucson. El muro que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, levanta en la frontera con México puede causar serias y peligrosas inundaciones en las comunidades cercanas al río Grande al obstruir el flujo fluvial y desviar el cauce del agua hacia las localidades ribereñas, alertan expertos.

La topografía de la región cercana al río Grande, o río Bravo, como se lo conoce en el norte de México, es propensa por naturaleza a las inundaciones, algo que a menudo experimentan los residentes de estas comunidades en temporada de lluvias.

Y defensores del medioambiente temen que las barreras de acero de 30 pies de alto que ordenó levantar Trump en la frontera para intentar reducir el flujo de migrantes se conviertan en una barrera artificial que bloquee el cauce natural del agua debido a la acumulación de escombros y redirigiéndola hacia urbes cercanas.

Jonathan Salinas, miembro del Comité Ejecutivo del Sierra Club del Valle del Bajo del Río Grande en Texas y director de la Coalición No Al Muro Fronterizo, criticó que el muro se vaya a construir en estas “zonas de inundaciones”.

Destacó a Efe que los rastrojos suelen ser arrastrados por la lluvia para acabar en el río, pero ahora en su camino se encontrarán con las “barras de acero” de un muro fronterizo que impedirá su paso.

“El muro fronterizo tendrá una devastadora consecuencia para el medioambiente y para las comunidades cercanas al río Grande”, enfatizó Salinas

Dentro del plan de Trump de sellar la frontera que va desde el Océano Pacífico hasta el Golfo de México, región donde habitan millones de personas y es hogar de diversos animales en peligro de extinción, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) está poniendo en marcha la construcción de nuevos tramos de muro. Y el proyecto avanza a pesar de las alertas de que las inundaciones provocadas por la actual valla.

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