El presidente Danilo Medina, durante su airada intervención del lunes ante dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana, alegó que en sus tres candidaturas no fue apoyado por Leonel Fernández, lo cual la inmensa mayoría del pueblo sabe que no es cierto.

Pero sólo quiero referirme al caso de 2012 y el reconocido déficit que en las encuestas tenía Danilo frente a Hipólito Mejía, en algunas de las cuales la diferencia era casi insalvable.

A finales del año 2010, un grupo de profesionales integrados como “Grupo 21”, asumió una tarea consistente en un levantamiento de las necesidades más urgentes en todos los municipios y distritos municipales, cuyos resultados vinieron a ser de altísima utilidad para el precandidato y luego candidato peledeísta.

De ese levantamiento minucioso del equipo encabezado por el licenciado Emigdio Mercedes, se valió Danilo para armar las visitas sorpresa que tanto beneficio político le redituaron, aunque Emigdio sería una de las primeras víctimas de la intolerancia del ya presidente, al ser cancelado de un puesto donde entró en contradicción ética con uno de los cuñados que dirige una empresa del Estado.

El día que le entregamos el trabajo tabulado y encuadernado en mi oficina privada que antes había sido del ingeniero Franklin Miguel, miembro del grupo, Danilo estuvo acompañado por el empresario José Miguel González Cuadra, y fue evidente cómo entró en shock a medida iba hojeando aquella formidable e invaluable compilación y documentación de necesidades.

Inmediatamente llamó a su secretaria para decirle que en las visitas de campaña le incluyeran los datos correspondientes a cada lugar de la ruta.

¿Qué pasó en ese levantamiento? Además de las necesidades incluimos una pregunta sobre preferencias electorales, y nos encontramos que las respuestas de los entrevistados se correspondían con las encuestas científicas, con Mejía muy distante sobre Danilo.

El caso más dramático lo registramos en San José Ocoa: 32 puntos de diferencia en favor de Hipólito. Se lo informamos a Danilo y al regresar a la capital, en su comando de campaña sugirió que la pregunta sobre preferencia fuera excluida del cuestionario, pues si esa información se colaba iba a cundir el desconcierto en su equipo.

Es cierto que la situación fue mejorando conforme pasaba el tiempo, y cambió aún más cuando en abril de 2011 Leonel Fernández dejó claro que no intentaría un tercer período consecutivo, y más todavía con la designación de Margarita Cedeño como candidata vicepresidencial.

No creo que el presidente sea capaz de negar la veracidad de este breve relato, aunque luego de oírle desmentirse a sí mismo respecto del vehemente agradecimiento a Leonel la noche del 20 de mayo 2012 asumo que su simulación da para cualquier cosa.

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