Todo comenzó en el 2009, cuando los jóvenes artistas Gianluca Ginoble, Ignazio Boschetto y Piero Barone coincidieron en un programa televisivo y, resultó, que a los tres les apasionaba la música lírica.
De hecho, sus ídolos siempre han sido Plácido Domingo, José Carreras y Pavarotti, por lo que se propusieron recuperar las piezas de esos grandes de la ópera y, junto a canciones latinoamericanas, impactar al público a través del género crossover o pop lírico.
Es probable que ninguno de ellos se imaginara el éxito que iba tener la genialidad de unificar sus voces para dar nueva vida a temas tan hermosos como los que conservan en su repertorio. No cabe duda de que la voz es un instrumento más, y los chicos de Il Volo sí que saben cómo ponerla a vibrar, cada uno a partir su tesitura. Es así como vemos un Gianluca con voz de barítono que es quien suele introducir, sobre todo, las canciones latinoamericanas; seguido por Ignazio que, en tanto tenor ligero, va sentando las bases para que intervenga Piero, quien, indiscutiblemente, es un tenor lírico spinto en proceso.
Esto se aprecia en la disciplina de éste último en conservar la coloratura en su voz, que va fluyendo de manera armónica, destacando en grado superlativo gracias a la dinámica que permea en las voces de sus compañeros, las cuales le van ofreciendo los tonos para elevar cada vez más las notas hasta llegar al do, generando así una suerte de emociones en el público, como ocurrió en el recital “Música Che Renta” que Il Volo entregó el miércoles en el teatro del hotel Jaragua.
Entre las canciones iniciales estuvo “Il Mondo”, a la que Il Volo inundó de sentimiento, al combinar oportunamente las voces, entre crescendo y decrescendo que, al amparo de los instrumentos de cuerdas, les permitió crear un pasaje musical sencillamente sublime. Y es que el mayor mérito está en saber cuándo le corresponde intervenir a cada uno o cuándo van a propiciar un punto de fuga, en el que, esta vez, convergen sus tonos en sus diferentes escalas vocales.
Al interpretar “Granada”, notamos la madurez y dominio musical de estos jóvenes, con un cierre magistral que unificó las tres voces para continuar la línea latinoamericana con la pieza “Reloj”, seguida por “Surrender” en inglés y dar paso al primer solo de la noche a cargo de Ignazio, sin duda, el más expresivo y travieso de los tres, quien sentado sobre el piano cantó “Somos novios”. Se trató de un momento muy particular, ya que Ignazio decide bajar del escenario para cerrar la canción junto a una chica que se encontraba entre el público. Toca el turno a Gianluca con “Aranjuez” y, más adelante a Piero con “No puede ser”.
Gianluca comenta que junto a Plácido Domingo quisieron hacer un homenaje a los tres grandes de la ópera y, que dentro de los temas que interpretaron en esa ocasión, iban a compartir uno muy particular: “My Way”, de Frank Sinatra.
No podía faltar “Ti voglio bene”, “O sole mio” y su opus magna en cuanto al arreglo que han hecho de la pieza “Volare”, muy ligada al nombre del grupo que en la traducción al español significa “El vuelo”.
Un dato interesante, es que, además de la big band de Il Volo, el espectáculo contó con el conjunto de cuerdas de la Batuta by Pablo Polanco, integrada por talentosos jóvenes, muchos de los cuales son miembros de la Sinfónica Nacional de la República Dominicana.
Rinden homenaje al “Príncipe de la canción”
La noche se prestó, además, para un merecido homenaje al intérprete de “El triste”, pieza que cantaron en el 2013 en los Premios Latin Billboard a los que fueron nominados. Gianluca muy emocionado expresó: “Nunca lo vamos a olvidar y llevaremos su música en nuestros corazones, al grande José José”, interpretando oportunamente “La nave del olvido”.
Las emociones se intensificaron, no solamente por el homenaje que se le estaba rindiendo al astro de la canción mexicana José José, quien siempre ha estado presente en el gusto popular dominicano, sino también, porque en un momento inesperado, Piero Barone hace una pausa para adentrarse en el público para saludar a uno de los espectadores por el gran entusiasmo manifestado en el marco del concierto.
