Siguiendo el recorrido por la Calle Las Damas, es de gran interés penetrar en la Fortaleza Ozama, una de las construcciones más emblemáticas del Santo Domingo colonial, siendo la primera edificación de carácter militar en el Nuevo Mundo, a fin de proteger la ciudad que empezaba a erigirse, de los ataques de corsarios y piratas, así como de otros posibles conquistadores. Te recibe una escultura colosal de Gonzalo Fernández de Oviedo, quien fuera el primer cronista de las Indias y que en su momento estuviera como gobernador de la Fortaleza en La Española.
Ciertamente, los muros de la Fortaleza, conservan años de historia, desde los tiempos de Nicolás Ovando, siendo conocida además como Torre del Homenaje y Torre de la Vigía o de la Vigilancia, hasta ser testigo de la evolución de la ciudad que, hacia mediados del siglo XIX, por la hidalguía de un grupo, logra enarbolar en la torre de este insigne monumento –donde merece la pena subir-: la tricolor, la independentista, la restauradora, el lienzo de la dignidad, nuestra bandera nacional, inscribiéndonos en la historia como República Dominicana y, más tarde, siendo el escenario para el discurso de Francisco Alberto Caamaño que pone fin a la Guerra de Abril de 1965.

Kah Kow se ha convertido en uno de los lugares más acogedores en el paseo por Las Damas, lo mismo para aprender el proceso de elaboración del chocolate o de los jabones de manteca de cacao, que puedes adquirir en el mismo lugar, así como para degustar una deliciosa batida del extracto del cacao, probar la gran variedad de chocolates y sus combinaciones o adquirir alguno de los productos en base a este valioso regalo de la naturaleza que con sumo provecho es cosechado en San Francisco de Macorís para orgullo dominicano. Pero, Kah Kow no se trata solo de un museo para el chocolate, sino que, además, resulta ser un espacio para la recuperación de la memoria histórica partiendo por su propia edificación la cual conserva una serie elementos propios de la herencia morisca en la arquitectura española, los cuales son traspolados al contexto colonial, enriqueciendo en gran medida los espacios intramuros. Continuará.

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