La inseguridad en todos los ámbitos de la República es preocupación de todo el mundo. Nadie tiene nada garantizado. Mientras Ud. duerme en su habitación, unos delincuentes pueden penetrar a la vivienda, con toda calma cargar con lo que pueden, hasta con el vehículo, y al despertarse hay que dar gracias porque nadie se enteró ni hubo víctimas fatales. Hasta ahí hemos llegado.
Ahora, en el arranque del proceso electoral, el abogado colaborador de elCaribe Manuel Ulises Bonnelly Vega ha sugerido que la coyuntura es apropiada para considerar la posibilidad de que quienes aspiran a dirigir el Estado asuman un compromiso, una suerte de pacto de largo alcance y duración para mejorar la seguridad de la ciudadanía. Es una buena idea, y como tal la acogemos. La Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) planteó ayer muy activamente que urge la elaboración de un Pacto Nacional por la Seguridad Ciudadana.
Una idea como esa probablemente encontrará eco en todos los sectores políticos, porque es un problema que atañe a todos, pero es necesario señalar que necesitará algún estamento de la sociedad que la asuma como tal, que se la tire sobre los hombros.
Es un dolor que sufre la nación que ha ido de lo pequeño a lo grande, y se ha vuelto insoportable. Ya a finales del siglo pasado se empezaron a plantear iniciativas en esa dirección, pero a decir verdad, los gobernantes no han sido lo suficientemente asertivos para adoptar las políticas y directrices tendentes a implantar un régimen de seguridad.
Es una cuestión compleja, con múltiples aristas e implicaciones sociales y políticas. Todavía hace poco que se pensaba que con una reforma de la policía se mejorarían los niveles de control de la seguridad, pero la práctica se ha encargado de demostrar que el problema va más allá de las debilidades que acusan los instrumentos de control del crimen y la violencia en general.
Pero como todos los problemas, debe haber soluciones, y si se aúnan voluntades, especialmente entre quienes aspiran a dirigir la Nación, quizás puedan encontrar caminos. A ver quiénes se animan a asumir la propuesta por un Pacto por la Seguridad Ciudadana.
