Hacedor de la “primera” cisterna casera en República Dominicana. Vendedor de la “primera” planta eléctrica o “primer” inversor. Caben ambos en la historia universal de la infamia. “Fomentaron” nuestra fatal cultura de soluciones individuales para problemas colectivos. Apoyaron indirectamente la irresponsabilidad de los gobiernos con su obligación de desarrollar servicios de agua y luz eficientes. Así, hoy por hoy la población paga impuestos y tarifas por dos servicios básicos ausentes o deficientes. Aquí todos deben procurarse particulares fuentes de agua potable y electricidad. Anormalidad social promotora de inequidad –los ricos llevan la ventaja en ese sentido-, pobreza y encarecimiento general de la vida. Soluciones individuales forzosas, valga reconocer; pero reforzaron la secular penuria nacional de falta de agua y luz.

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