Esta mujer, nacida en Suecia, le dejó un legado a la humanidad vía su sobrino, con la recomendación de que fuera expuesta veinte años después de su muerte

En el Arte, los descubrimientos, gracias a la ciencia, las apariciones de obras y nuevos testimonios obliga a incluir nuevas versiones, nuevas obras, todas comprobadas, para enriquecer la Historia y los eslabones de su cadena de acontecimientos. Y uno de esos es la aparición de una producción artística completamente desconocida: la producción de Hilma Af Klint, un nuevo rumbo de la Historia del Arte Abstracto. Esta mujer, nacida en Suecia, le dejó un legado a la humanidad vía su sobrino (nunca se casó) con la recomendación de que fuera expuesta veinte años después de su muerte (en 1944).

Cuando Hilma nació (1862) todavía el Movimiento Impresionista no se había manifestado más que tímidamente y cuando se fortaleció incurrió en la misma perorata de que “ese era el verdadero arte” y que todo lo que se hizo antes no servía. Suerte que no le hicieron caso y no quemaron los museos.

Así como hubo una lucha por el derecho al voto femenino, una lucha porque la mujer pudiera fumar y montar bicicleta, una lucha por reclamar que no era mercancía, y otra más que perdura para que nadie determine sobre su intimidad uterina; una lucha porque su voz apareciera escrita en los periódicos; una batalla para que sus derechos, como humano, fuese aceptada en las Bellas Artes, incorporada solamente como modelo de pintores y escultores que pagaban la pose y la bohemia. En medicina se dio la misma batalla, la que sigue hoy en otras áreas.

No se puede olvidar el papel de primera que ocupó la mujer en todas las áreas a partir del 1917 en la Unión de República Soviéticas Socialistas fuese como albañil, conductora de autobús, doctora en medicina, catedrática, etcétera, cuando en Norteamérica el Ku Klux Klan azotaba a los negros y se creaba una liga de beisbol aparte y la mujer adornaba anuncios de Kachú o de vitrola.

Es bueno decir que el papel de la mujer en el Arte fue importante, aunque se trató siempre de menospreciar. Muchas fueron las mujeres que asumieron el Arte como el centro de sus vidas a pesar de todos los obstáculos y desprecios machistas. Hoy hay que destacar esos valores de la Historia del Arte como parte de la necesaria educación en el sentido de dar a entender la verdadera y justa igualdad de género, no el asesinato al lenguaje o inculcar la homosexualidad.

Hilma tuvo una formación académica que obligaba a los artistas a sumarse a las reglas sociales que sufrió doblemente por su condición de mujer. Sus paisajes y retratos alcanzaron la más alta calidad, aunque no la aceptación que no le impidió vivir del arte.

Su visión futurista la llevó a realizar una serie de trabajos de gran formato que rompían totalmente con lo que hasta ese momento se había hecho: su serie de pinturas “paranormales”. Fuese que se amparara en el “ocultismo”, en la religión o en lo que fuese, el producto final fue una revolución que se adelantó a las propuestas de Kadinsky, Mondrian, Klee, Delauny (Robert y Sonia). Hilma estaba haciendo lo que Frank Stella haría muchísimos años después en New York.

Los últimos años de su vida los dedicó a cuidar a su madre y a guardar en cajas especiales toda su producción abstracta porque ella, por su inteligencia y conocimiento de la evolución de los movimientos artísticos, sabía perfectamente que lo que hizo no sería entendido en su época y había el riesgo de que fuera destruido como tuvo a punto de serlo toda la
producción de Van Gogh.

Numerosas exposiciones en importantes museos han sido organizadas y así sale a la luz el nombre de esta artista con una obra que tiene que ser incorporada a la Historia del Arte. Su nombre se suma al de Artemisia, Berthe Morissot, Eva González, Tamara de Lempicka, Georgia O’Keeffe, Leonora Carrington, Frida y tantas otras que fueron ignoradas por su condición de mujer.
No le luce, por tanto, al MoMa excluirla de su colección.

Quizás la historia deba reescribirse y esta vez con un equipo que pueda comprobar datos para eliminar criterios personales interesados. ¿Qué comunicador tiene una formación en Historia, en Filosofía o en Veterinaria para andar opinando sin saber? ¿Cuántos no opinan para torcer verdades y enderezar mentiras? ¿Cuántos no se hacen eco de Fake news para contribuir a campañas sucias e ideológicas

Mis grandes discusiones con mis hijos surgieron cuando veíamos películas en la que se evidenciaba una tergiversación de hechos de una manera absurda pero interesada, inclinando la balanza hacia un determinado centro de poder.

¿Cuál fue el papel que jugó la URSS en la II Guerra Mundial? En las películas aparecen los norteamericanos como liberadores. En la serie de televisión Trotsky, el gran héroe de la Revolución Bolchevique no fue Lenin. En las guerras Restauradoras de este país nuestros historiadores ignoran completamente el libro “Historia de la Restauración” de Pedro María Archambault para abultar, ignorar y engrandecer a personajes que solo la rutina académica militar mantiene inalterable como si lo viril estuviera en juego y se fuera a pique una pantalla mantenida a fuerza de miedo, de chantajes y falsos patriotismos.

Hilma Af Klint hoy significa el origen del Arte Abstracto (1906), la creación de un imaginario desconocido y que ella insistió en sus innumerables notas, que ella las realizó respondiendo al dictado de voces de un mundo oculto y desconocido. Evidentemente que ese mundo no fue otro que la fuerza de su conciencia y la pasión por la creación.

Hilma se adelantó a su tiempo como ocurre con muchos artistas, no solo en la expresión de su arte, sino en la profundidad del pensamiento crítico que hace que la Historia avance y nos alejemos de las cavernas.

Para Hilma, el Arte Abstracto no era una simple moda como ocurrió después de Nicolas de Staël o de Kandinsky cuando apareció un ejército de copiones y falsos artistas de pose y borracheras. Para ella era ejercer su libertad en la expresión artística ejercerla a su antojo, a su gusto y, asumir con total pasión y creación.

El Arte Abstracto devino luego en facilismo y esnobismo. Se ejerció una truculenta actitud contra todo lo que fuese figurativo. Se acusó de mundano a todo aquel que siguió por el camino del retrato, del paisaje despreciándose obras de la calidad de John Sargent Singer, Sorolla o Boldini. Había que montarse en ese carro. Hilma no. Ella valoró su creación tradicional, logró ser reconocida, aunque fuese a regañadientes, pues su obra era requerida por los más importantes Marchant d’art de la su época.
Y la Historia se repite. Hoy el que no responde a los mandatos de los “curadores” y dueños de Centros de Artes, en el mal llamado Arte Contemporáneo, no está en la moda, porque hay un enfrentamiento entre los que tienen talento y los que disfrazan basura.

Las exposiciones más importantes que se organizaron de Hilma se cuenta An Atom in the Universe en la Camden Arts Centre del 2006. A Esta siguió en el 2007-2008 The Alpine Cathedral and The City-Crown en la Moderna Muséet, Estocolmo, Suecia; Das Medium als Künstler Museum en Bochum, Alemania;Traces du Sacré Centre Pompidou, Paris; en el 2013-2014 la exposición Hilma Af Klint, a Pioneer of Abstraction, Moderna Museet, Estocolmo, Suecia. A continuación, en tour por el Hamburger Bahnhof – Museum für Gegenwart, Berlín, y el Museo Picasso Málaga.

En el 2016 se expuso el trabajo de Hilma en New York bajo el título The Keeper en el New Museum of Contemporary Art.
En el año 2017 desde el 18 de marzo hasta el 28 de agosto se presentó Jardin infini en el Centre Pompidou, Metz.

Más recientemente, este año 2019 desde enero al 23 de abril el Guggenheim Museum de New York exhibió Hilma Af Klint: Paintings for the future.

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