Francisco Prats Ceara –Franchy-, de la selección nacional de baloncesto desde 1973 hasta 1987, medallista en los juegos Centrobasquet de 1979, inmortal del deporte dominicano, y ya retirado, comentarista muy acreditado en los medios electrónicos de comunicación, nos deja con su alegría de siempre en el recuerdo, con el dolor de perderlo para siempre.
Ese niño grande que recibíamos cada tarde en las instalaciones de Multimedios del Caribe se hizo querer no sólo por sus méritos y la popularidad acumulada en el juego del canasto, sino por su inmensa humanidad.
Siempre sonriéndole a la vida, no podíamos imaginar, ya sometido al horrible sufrimiento de un cáncer, que se iría tan pronto, porque nunca desfalleció su ánimo juguetón.
Vivió todos esos días como si nada estuviera ocurriendo, repartiendo su alegría intrínseca, su sonrisa espontánea, sin una queja o flaqueza perceptible a su alrededor.
Todo eso sólo podía ser realidad en un hombre hecho a fuerza de bondad y paz y un carácter manso que encerraba una extraordinaria valentía. En él transcurría todo con la gracia de que viviría para siempre.
Un inmortal de la esperanza que escaló más allá de su estatura para dejarse querer por todos aquellos que tuvieron la dicha de conocerlo o tratarlo de cerca.
Un ser humano afable que merece ser honrado, que vivió para el bien y para compartir la alegría que lo acompañó siempre.
Nuestra solidaridad con su familia, su esposa Betina Morel y sus hijos Laura y Alejandro.
Paz a su alma.
