Algunos refranes se computan como valores absolutos, convirtiéndose en creencias, uno muy común es el que dice: “lo que mal comienza mal acaba”; historias van y vienen validándolo hasta convertirlo en una forma de creencia que se saborea de boca en boca y generación en generación, sin embargo en Dios lo absoluto es únicamente su verdad, su matemáticas se refleja aún en la nuestra, como señal clara de esto.

En matemáticas el valor absoluto “siempre” es positivo no importando el signo que le precede, aunque éste sea negativo. Entonces, ¿qué importa que al principio el mal te rodeó si Dios decretó que hará contigo cosa formidable, que cumplirá su propósito en ti y te dará el fin que esperas? Por tanto no pongas punto donde Él solo puso una coma.

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