Incort dice centros médicos en remodelación son muy necesarios

El insuficiente presupuesto de la entidad llamada a coordinar la extracción y asignación de órganos a nivel nacional, la falta de centros médicos habilitados para realizar estos procedimientos y las personas vivas y cadáveres aptos para donar órganos, representan los principales desafíos que enfrenta esta modalidad terapéutica en República Dominicana.

El Instituto Nacional de Coordinación de Trasplantes (Incort) fue creado a través de la ley 329-98 para regir la gestión de órganos para trasplantes en todo el país. Su titular, Fernando Morales Billini, asegura que los recursos que actualmente reciben, que ronda los 45 millones de pesos, a través del Ministerio de Salud, son escasos.

Indica que este presupuesto les resulta insuficiente debido a que no pueden consolidar los diferentes programas educativos y médicos que quisieran, “con los cuales se reducirían las muertes”.
“Lo primero que necesitamos es convencer a las autoridades de Salud de que esto es necesario. Estos programas tienen un costo de producción, difusión y costo de capacitación de personal. Con esto se podría establecer un programa con impacto a nivel nacional, que todavía no tenemos”, dice.

Otro de los desafíos que enfrentan estos procesos, es la poca cantidad de cadáveres en óptimas condiciones para donar.
“Desgraciadamente solo pueden ser donantes de órganos dos de cuatro pacientes que han fallecido en ciertos hospitales. Es muy poca esa cantidad. Si pudiéramos contar con más fallecidos de varios hospitales indudablemente se resolvería ese problema”, argumenta Morales Billini.

El director del Incort, entidad que este año tan solo obtuvo 13 donantes, considera que si se obtiene la disponibilidad de cuatro cadáveres estarían dando solución terapéutica a más de 600 pacientes, “pero nos enfrentamos a diversos factores, como la negativa familiar, que es la más común; el proceso de analítica para descartar enfermedades, entre otros”.

También uno de los mayores problemas de los trasplantes es la capacidad de recepción del órgano nuevo, ya que un 10% regularmente termina rechazándolo en el primer año, “por lo que tratar de evitar el rechazo es fundamental, para que los trasplantados pueda disfrutar de una supervivencia de más de 20 años, como sucede en la mayoría de los casos”.

El galeno, igualmente ,afirma que nuestro país tiene una amplia necesidad de órganos y tejidos, especialmente de riñones, ya que, según registra, aproximadamente 2000 pacientes al año sufren de enfermedad orgánica renal terminal, 600 hepáticos al años, 500 cardíacos, y otros cientos con problemas pulmonares.

Tal es el caso de Ismael Quezada, oriundo de San Cristóbal, quien ha esperado por varios meses un trasplante de riñón debido a insuficiencia renal crónica. “Los doctores con los que me he atendido solamente me dicen que debo esperar, porque no aparece un donante”, expresa, mientras yace en su cama exhausto por todas las diálisis que le han realizado.

“En nuestro país desgraciadamente las enfermedades renales provocan muchas muertes todos los años, y solamente un buen programa de donación y trasplante, que se lograría con más recursos, permitiría a estos tipos de pacientes a vivir por más tiempo”, expresa Morales Billini.

Sobre los tejidos, el doctor Morales Billini indica que como son organismos vascularización, no necesitan como los órganos realizar una función más depurativa, “por lo tanto el proceso de preservarlos es mucho menos complejo, sin embargo cuando se trata de un corazón, por ejemplo, en menos de 6 horas debe ser trasplantado, o un riñón, que aunque se puede preservar, se va desgastando”.

Asimismo, la intervención simultánea de varios hospitales a nivel nacional ha limitado en cierta medida las posibilidades de realizar estas operaciones. Estos centros médicos necesarios para ampliar estos servicios son el José María Cabral y Báez, el Padre Billini, el Pediátrico Robert Reid Cabral, el Luis Eduardo Aybar, y el Salvador Bienvenido Gautier.

Al respecto Morales Billini indica que la pronta remodelación y equipamiento de estos hospitales ampliaría los servicios y reduciría las muertes de quienes esperan por un órgano.

El médico advierte que dos situaciones ocurridas recientemente han afectado la imagen de los trasplantes en nuestro país, por lo que se han reducido las donaciones.

La primera, a inicios del 2015, como consecuencia de correctivos en el programa de medicamentos protegidos del Ministerio de Salud Pública, cuando se centralizó la distribución y la compra de medicamentos de alto costo y alta complejidad por economía de escala por mediación de grupos interesados que generaron protestas que pusieron en tela de juicio el carácter de las donaciones.

La segunda, se inició en agosto del 2016 y fue fundada sobre los rumores del tráfico de órganos mediante secuestro criminal personalizado en el caso del asesinato y desaparición de una niña. De acuerdo con el Incort, eso mantuvo por ocho meses en cero las donaciones de personas fallecidas.

Todo esto sucedió, según Morales Billini, luego de que República Dominicana llegara a ser el número 45 del mundo, “una posición importante, con tres donantes por millón de población”. Tras lo cual, nuestro país, que pertenece a la Red del Consejo Iberoamericano de Donación y Trasplantes (RCIDT), descendió en 2016 hasta el puesto 77, de un total de 96 que reportaron tener actividad.

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