Movimientos migratorios en el país plantean diversas problemáticas

La situación actual de la migración relacionada a República Dominicana, tanto de la diáspora en el exterior, como de la inmigración, está cimentada en un nuevo modelo de gobernanza migratoria que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM), ha obtenido buenos resultados en estos últimos años, pero que también enfrenta desafíos.

Tras analizar los pasados 15 años el tema de la migración desde diferentes aspectos, el INM subraya que este modelo está basado en cuatro pilares: el establecimiento de lineamientos de política migratoria al año 2030, un marco normativo reciente, una nueva institucionalidad pública, y una gobernanza con resultados sin precedentes.

El INM indica que los cimientos sobre los cuales se fundamenta el nuevo modelo de gobernanza se evidencian a través de la Ley 1-12 sobre Estrategia Nacional de Desarrollo, la Ley sobre Tráfico Ilícito de Migrantes y Trata de Personas en 2003, y la Ley General de Migración en 2004.

También con la Ley 169- 14 que establece un régimen especial para personas nacidas en República Dominicana inscritas irregularmente y sobre naturalización, y el Decreto 327-13 del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros (PNRE), a partir del cual ha habido una regularización migratoria de más de 288,000 extranjeros.

Igualmente, y esto más en el caso de la nueva institucionalidad pública, se evidencia con la labor de la Procuraduría Especializada contra el Tráfico Ilícito de Migrantes y la Trata de Personas.

Retos

Sin embargo, estos cambios en las dinámicas migratorias presentan diversos retos institucionales relacionados con la consolidación y sostenibilidad de los procesos, renovación de marcos normativos que se han desactualizado e innovación de la gestión migratoria, de acuerdo con la directora del INM, Florinda Rojas.

El Perfil Migratorio de República Dominicana, elaborado por el INM, el Ministerio de Interior y Policía, y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), muestra al respecto que fortalecer la institucionalidad pública se ha mantenido como uno de los principales retos durante muchos años en la agenda dominicana.

En ese sentido, Rojas valora que aunque el Gobierno se ha esforzado por consolidar una estructura en el exterior con la cual ha ampliado la plataforma de servicios a la diáspora, y además ha promovido el fortalecimiento de la estructura institucional de las entidades a cargo de la sostenibilidad del PNRE, “debemos aceptar que todavía hay mucha tarea pendiente en esos dos aspectos”.

Rojas reconoció que es necesario mejorar la planificación de la agenda, “con acciones enfocadas en avanzar en la medición de resultados de la gobernanza dominicana creando indicadores y metas en las líneas de acción de las entidades, como parte de la Ley 1-12 de Estrategia Nacional de Desarrollo (END 2030)”.

Asimismo, asegura que la migración local amerita reordenar y modernizar el marco legal, “a través de una norma específica para la sostenibilidad de los resultados del PNRE, que incluya requisitos adecuados a las características de la población beneficiaria para la asignación de categorías y subcategorías migratorias, como su proceso de renovación o cambio”.

De acuerdo con Rojas, otra de las barreras que enfrenta este éxodo es la necesidad de optimizar la gestión migratoria, al promover la inclusión productiva de la diáspora dominicana en el crecimiento económico sostenible del país de destino, y ampliar el ingreso de trabajadores migrantes y sus familiares, como cotizantes y beneficiarios del sistema de salud y pensión.

Factores económicos y migración

En los últimos años, Haití y Venezuela han sido los principales emisores de migrantes que llegan a Dominicana. El INM revela que los factores económicos siguen siendo los que generan presión en estos países de origen: en Haití, pobreza e inseguridad; en Venezuela, inestabilidad política y económica.

“En esos casos las oportunidades del crecimiento económico de la República Dominicana se convierten en factores de atracción debido a que el país en los últimos 15 años es el segundo de Latinoamérica y el Caribe con el porcentaje de crecimiento más alto con respecto al Producto Interno Bruto (PIB)”, explica el Perfil Migratorio nacional.

Derechos humanos

Florinda Rojas señaló que República Dominicana cuenta con “buenas herramientas institucionales y legales para gestionar una exitosa agenda migratorio, sin embargo, sabemos que todavía tenemos mucho camino pendiente, como los vinculados a los derechos humanos y en términos de regulación”.

La directora del Instituto dijo que se debe tener en cuenta que los migrantes son, sobre todo, personas “a las cuales hay que garantizarles derechos”. “No se los puede considerar exclusivamente como agentes de desarrollo económico. No se debería presentar a los extranjeros únicamente como víctimas indefensas que es necesario rescatar ni como delincuentes impostores”, acotó.

Cambios en la dinámica de los inmigrantes

Florinda Rojas afirma que ha habido un cambio en cuanto al movimiento de los inmigrantes, que también ha traído su impacto. Dice que, a diferencia de las migraciones hacia zonas rurales que se dieron en el siglo XX, hoy día son hacia zonas urbanas. “El ciclo de migración interna de dominicanos del campo a la ciudad, que abrió un espacio productivo a los inmigrantes en las áreas rurales no se ha desacelerado. La verdad es que la migración hacia las ciudades para realizar actividades de comercio formal e informal sigue su dinamismo y trae consecuencias, como la invasión de terrenos municipales, el desborde de la capacidad de atención en hospitales y clínicas, entre otros efectos. Esto es un reto”.

PNRE
El Plan Nacional de Regularización de Extranjeros (PNRE) es uno de los mayores esfuerzos para regular la inmigración.

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