El escandaloso caso del general policial acusado de tener relaciones sexuales con una menor, a quien favorecía económicamente y, según la fiscalía, habría hecho abortar dos veces, ha generado mucha charla en la línea de si se justifica o no hacer “lo mal hecho” por ser pobre. La adolescente provenía de una familia pobre que aparentemente consentía esa ilícita relación, pues el dinero que el oficial le daba a su “novia” servía para satisfacer necesidades. Decía el escritor George Orwell que “la pobreza te libera de los estándares ordinarios del comportamiento, justo como el dinero libera a las personas de trabajar”, algo para pensar. ¿Se explica o justifica que la madre permitiera o promoviera eso? Dilema legal, ético y moral.

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