Las noticias sobre muertes por accidentes de tránsito están a la orden del día. Y no deben ocurrir con tanta frecuencia. Unas son fortuitas, resultado de errores humanos, distracción, temeridad, o por condiciones dadas en las vías, que los conductores no pueden percibir oportunamente.
Todo eso puede suceder, pero lo injustificable es que seres humanos pierdan la vida porque una persona al volante en estado de embriaguez sea el detonante de un choque de vehículos. Es irresponsabilidad, escasa valoración de la vida, algo de ignorancia o simplemente una de las tantas expresiones que tipifican ese comportamiento reprochable.
Y es que las muertes por accidente de tránsito compiten con las generadas por la violencia en la familia, y en general, en la sociedad, y aquí hablamos también de las generadas por los delincuentes.
Insistimos: no debe morir tanta gente por accidentes de tránsito. Es estúpido, y debe existir un remedio para disminuir la alta tasa que registramos.
Por eso valoramos positivamente la iniciativa “#TómateloenSerio” del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT), dirigida a promover en la ciudadanía la comprensión de que conducir bajo los efectos del alcohol es de extrema gravedad.
Bienvenida la campaña bajo el conocimiento de la alta presencia del alcohol en accidentes con saldos mortales y heridos, y el impacto que los mismos producen en las personas, las familias, la sociedad y las finanzas públicas.
Que se oriente, y que al mismo tiempo se implanten mecanismos de vigilancia y control de los conductores es bueno. Servirá para prevenir y también para castigar a los infractores.
La ley 63-17 de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial tiene los medios para castigar este tipo de violaciones. Debe ser aplicada con drasticidad, de modo que sirva como disuasivo de los insensatos, de quienes irrespetan las normas más elementales de comportamiento ciudadano.
