Una buena idea

La propuesta de una Ley de Capitalidad fue presentada al país originalmente por Roberto Salcedo cuando era Alcalde del Distrito Nacional en el 2015.

La propuesta de una Ley de Capitalidad fue presentada al país originalmente por Roberto Salcedo cuando era Alcalde del Distrito Nacional en el 2015. Promoverla era médula espinal de su programa de gobierno municipal en caso de ser reelecto. El Alcalde actual, David Collado, retoma la idea, y aunque no es originalmente suya, en esencia en buena y muy atinada.

El Distrito Nacional, capital de la República Dominicana, alberga casi un millón de personas, siendo la zona de mayor densidad del país y donde se realizan las actividades más importantes no sólo de los que viven allí sino también de los que van de tránsito, además de ser la sede del Gobierno central.

La capital cuenta con espacios de invaluable prestigio mundial como la ciudad colonial, declarada por Unesco Patrimonio de la Humanidad. Tiene una amplia zona metropolitana y una serie de condiciones que le conceden una naturaleza distinta a los municipios, algo que fue reconocido en 1952 por una Ley especial para el Distrito Nacional no. 3456.

Esto cambió en 2007 con la aprobación de la Ley no. 176-07. La misma unifica el régimen legal del Distrito Nacional y los municipios y constituye una involución injusta, pues pretende que se trate con igualdad situaciones desiguales.

Es pertinente retomar el tema que inspiró a los congresistas de hace 64 años a dar un tratamiento especial a la capital, ahora aún con más razones pues la adornan nuevas características de gran ciudad.

Requiere el Distrito legislación que dote a las autoridades de la ciudad de más autonomía y radio acción en su capacidad jurídica. Temas como el tránsito, por ejemplo, no podrán ser solucionados por el Ayuntamiento si no tienen el control de la DIGESETT; problemas como la inseguridad se podrían abordar mejor con un cuerpo policial a cargo de dichas autoridades (como ocurrió en New York, cuyo Jefe de la Policía depende del Alcalde); la interrupción inmediata de acciones abusivas como construcciones ilegales se podría hacer sólo si existiese una ley que, a diferencia de la normativa vigente, no supedite la decisión a la espera en los tribunales, entre muchos otros ejemplos de interés para la colectividad.

Es importante que los legisladores hagan un análisis serio de un tema que impactaría directamente a un millón de personas e indirectamente a casi todo el país. Deben entender la necesidad de una Ley de Capitalidad para el Distrito por su trascendencia política y económica.

El avance sería exponencial con una normativa especial.

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