Según la psicóloga Jessica Valdez cada época y generación trae su reto. Ahora reclama atención la influencia de las redes

A menudo escuchamos expresiones como “qué difícil es criar hoy en día”; “los muchachos de hoy son complicados”. Vivimos en una época diferente donde el internet y las diversas opciones que ofrecen las redes sociales parecería pretenden desplazar a los padres y educadores.

Lo cierto es que tanto ayer como hoy, la tarea de criar, de educar, de formar personas con valores, de principios, siempre ha sido un tema serio que involucra tanto a los padres como a los profesores. Es una tarea compartida, aunque del hogar deben salir las herramientas fundamentales para la formación del hombre o mujer de bien que todos deseamos ver en nuestros descendientes.

“Criar no es más difícil ahora que antes, lo que ocurre es que ahora aguantamos menos, nos frustramos enseguida y estamos criando con miedo. Educar hijos en los tiempos del internet, WhatsApp, Facebook, del Youtube, del Instagram, Snapchat, de los influencers, no es ni más difícil ni más fácil que en otros tiempos, es sencillamente diferente. Cada época, cada generación trae un reto”, sostiene la psicóloga Jessica Valdez.

Agrega que no podemos educar como si no existieran esas aplicaciones “hay que educar sabiendo que son las herramientas que nuestros hijos utilizan, con las que se están formando, con las que se comunican con los demás y, sobre todo, porque son una ventana al mundo que está siempre abierta”, puntualiza.

Dado que todas estas redes influyen en los hijos, recomienda a los padres ocuparse de tener conocimiento de cómo funciona internet; las redes sociales en las que navegan sus hijos.
Asimismo, Valdez susugiere enseñarles a utilizarlas de manera correcta y educarles para establecer una relación fructífera y positiva con la tecnología.

A la vez, considera que el manejo del tiempo y el equilibrio trabajo-familia es una de las mayores dificultades que presentan los padres.

“Todo el día trabajando para que a los hijos no les falte nada y al final les faltan los padres. Se trata de dar tiempo de calidad y procurar una comunicación con ellos. Mostrar interés por sus vidas, sus amigos, sus estudios, pero también los padres hacerlos partícipes de sus vidas”, subraya Valdez.

¿Ser padres o ser amigos de los hijos?

En realidad, queremos ser papás ‘chulos’, parecer evolucionados y esto nos hace ser tremendamente ambiguos en nuestra forma de educar. Nos cuesta decir que no, con temor a que los hijos se traumen. Lo que crea hijos inseguros, dependientes, y con pocas capacidades para enfrentar la vida. Por otra parte, invito a que los padres no confundan una relación de confianza con una amistad. Los padres no son amigos de sus hijos, la autoridad es, y seguirá siendo, asunto de los padres, nadie más puede ejercerla, sólo ellos tienen la potestad, señala la psicóloga.

“Tampoco hay que ponerles dificultades adicionales, pero sí permitirles que experimenten emociones como la tristeza, la rabia, la frustración. Permitirles que se equivoquen, tropiecen y caigan, porque solo así desarrollarán recursos para enfrentar las dificultades”, destaca.

Valdez sugiere preparar a nuestros hijos para el camino “y no el camino para nuestros hijos”.

Educar en valores para que nuestros hijos sean ciudadanos responsables y comprometidos en una sociedad acelerada, consumista que busca el placer y el bienestar individual, sólo podemos lograrlo desde el ejemplo, la coherencia y sentido común. Aunque la competencia es mucha, “porque cada día hay más influenciadores sobre los hijos; los padres pueden influir con sentido positivo si se lo proponen y se edifican leyendo, buscando orientación de profesionales”, indica.

Jessica Valdez, psicóloga.

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