Los antipeledeístas históricos -y de nuevo cuño- suelen dividirse en dos grupos o especímenes: a) los que detractaron y calumniaron, política e ideológicamente y en vida al Prof. Juan Bosch, y que ahora, cual curiosa metamorfosis, han devenido en “sus alumnos” ético-filosóficos; y b) aquellos (Andrés L. Mateo, y una retahíla de intelectuales-periodistas –políticos “de la secreta”-) que, política y generacionalmente, no les perdonan a los peledeístas -de cuadros-ortodoxos-ecléticos o de masas- sus éxitos electorales y, por extensión, no reconocen ningún aporte, avance o aciertos en los gobiernos y liderazgos del PLD. Sin embargo, semejante frustración-fijación –política-generacional- no niega la escuela política que Bosch forjó –el PLD-, razón última, quiérase que no, de los aciertos, reformas y manejo inteligente-sagaz que han exhibido los peledeístas (al margen de errores), post-Bosch, en el ejercicio profesional de la política y conducción del Estado.

Esa es la única explicación –científica-política- a la cantera de liderazgos (político-técnicos) que tiene en sus filas el PLD, y la que también explica sus triunfos electorales y permanencia en el poder, pues, además de haber hecho la mejor transición, en vida -de su líder histórico-, supo, en sus liderazgos mayores –Danilo Medina y Leonel Fernández-, encarnar el relevo de los grandes liderazgos nacionales –Bosch, Balaguer y Peña-Gómez- y poner en práctica una eclética política de alianzas capaz de aglutinar un imbatible espectro-político o, arcoíris político-electoral con asombrosa pluralidad ideológica.

De esa suma, de herencia política y experiencia de Estado, es que surgen cuadro-líderes como el viceministro –para Políticas Sociales- Alexis Lantigua que, bajo perfil, realiza una labor técnica-política encomiable en el organigrama estatal y el entorno del Presidente Danilo Medina. Se suma a ello, otras tareas de asistencia tanto al Presidente como al ministro José Ramón Peralta.

Y ya en el ámbito político-partidario, el viceministro Alexis Lantigua es miembro del Comité Central del PLD y articulador clave dentro de la corriente del danilismo donde juega roles -político-estratégicos- de suma relevancia: enlace, motivador y ente efectivo en la consecución de objetivos y metas intangibles.

Sin embargo, hay, desde mi punto de vista, un valor cardinal que hace del viceministro Lantigua un ente relevante, intrínseco a su condición de político y servidor público, en cualquier equipo, empresa o gestión pública, y es: su don de motivador, de gerente efectivo y de cuadro-líder armado de las herramientas indispensables para las tareas de Estado y el mensaje político efectivo. Por ello concluyo, que es ágil, como una gacela, y águila, porque puede divisar el bosque a pesar de su espesura y la naturaleza del hombre que lo depreda.

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