Lo gastronómico como gran oportunidad

Los debates del Foro Mundial de Turismo Gastronómico, un encuentro anual de la Organización Mundial del Turismo (OMT), han puesto de nuevo en primer plano la importancia de la gastronomía para el turismo,

Los debates del Foro Mundial de Turismo Gastronómico, un encuentro anual de la Organización Mundial del Turismo (OMT), han puesto de nuevo en primer plano la importancia de la gastronomía para el turismo, y por tanto su aporte a la economía; y este año sus temas se han vinculado a los Objetivos del Desarrollo Sostenible, para ofrecer una dimensión nunca ante analizada de este componente sociocultural y económico de tanto valor.

Específicamente, la OMT, que celebró este año el foro en España los días 2 y 3 de mayo, ubica y relaciones el desarrollo de la gastronomía con el Objetivo para el Desarrollo Sostenible número 8, que plantea la necesidad de lograr «un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y trabajo decente para todos».

A partir de esta propuesta, los intercambios de los expertos se enfocaron –entre otros asuntos- a la necesidad de que países como el nuestro, diseñen políticas para desarrollar el turismo gastronómico, por su capacidad de crear empleo y fomentar el emprendimiento, y creen políticas para apoyar a las pequeñas empresas gastronómicas y a los emprendedores en turismo gastronómico. Es una pena disponer de tan escasa divulgación de estos temas.

Zurab Pololikashvili, Secretario General de la OMT, afirma que el turismo gastronómico constituye una oportunidad de fomentar el crecimiento económico local, y es una forma de hacer inclusivo el desarrollo para muchos sectores sociales. Tiene especial potenciar para empoderar económicamente a los grupos más vulnerables, tales como mujeres, jóvenes o comunidades indígenas y rurales».

Este es un tema fascinante para los apasionados de la gastronomía y los interesados en el turismo como opción para el desarrollo de nuestro país; y presenta a la sociedad un aspecto poco analizado del menú de aporte valiosos que propone el turismo como mecanismo de crecimiento económico, desarrollo social y de redistribución de riquezas.

La encuesta de opinión que aplica el Banco Central en el transcurso del año a miles de turistas en los aeropuertos cuando se marchan del país, mide la calidad de los servicios turísticos, incluyendo “Servicio de Comidas” y “Calidad de los Alimentos”.
En el 2010, el índice total de calidad de servicios fue de 55.6% sumando excelente (19.9) y muy bueno (35.7). Pero para la calidad del servicio de comidas fue 67.8% y para la calidad de comidas 68.3%. La calificación de excelente más alta ese año fue para servicios de alojamiento y de comidas, ambos con 30.7%. Es importante señalar que la calificación “malo/muy malo” y “no respuesta” se quedan por debajo del 3%; y “bueno/aceptable”, está en el 30% para ambos ítems.

En el 2018 la encuesta encontró que el índice general de calidad de servicio había alcanzado el 73.6% en la suma de la calificación excelente (33.3%), que aumentó un 13.4%, y la calificación muy bueno (40.3%), que también mejoro 6.6%. Para servicios de comida la suma llegó a 77.4%, un salto de casi 10 puntos; y la suma en calidad de comidas llegó 78.7%. El servicio y la calidad de las comidas obtuvieron el año pasado la mejor nota de calidad y estuvo por encima del índice general de calidad que resulta de sumar excelente y muy bueno. Hemos avanzado, pero aquí tenemos aún una oportunidad para enriquecer la oferta y un gran espacio para un turismo más inclusivo.

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