Ahora la Policía tiene la palabra

Uno de los principales dolores de cabeza de la industria turística de Puerto Plata en la última década es el famoso basurero que se encuentra junto a la carretera Navarrete-Puerto Plata

Uno de los principales dolores de cabeza de la industria turística de Puerto Plata en la última década es el famoso basurero que se encuentra junto a la carretera Navarrete-Puerto Plata, exactamente frente al hoy importante puerto de cruceros Amber Cove, construido y gestionado por Carnival.

La historia del basurero parece a la de una persona a la que pica un mosquito y se rasca, y se crea un pequeño acceso en la piel que se infecta y descuidado crece día a día, sin medicina para curarlo, y termina convertido en una llaga purulenta. Y cuando ya no aguanta más, deben llevarlo al quirófano y cortarle el brazo para salvarlo del cementerio.

Durante años todos los interesados vimos crecer el basurero y todos sabíamos la amenaza que constituía para la industria turística. Algunos hablaron, otros callaron y los responsables poco o nada hicieron para curar la llaga.

Cuando el mal no aguantaba más, se buscó una solución y aparecieron –según publica la prensa- RD$250 millones para actuar. Pero sorprendieron a los líderes y las organizaciones, escogiendo para la basura un lugar más cerca de la ciudad y frente a Costambar, uno punto turístico tradicional e importante de la provincia, con valiosos inversiones y que puede seguir creciendo.

Desde el Clúster Turístico del Destino Puerto Plata, la Cámara de Comercio y la Asociación de Hoteles se levantaron voces preocupadas pidiendo explicación. ¿Por qué acercar más el basurero a la ciudad y colocarlo frente una importante zona turística? Los técnicos a cargo ofrecieron explicaciones, pero no fueron suficientes para eliminar dudas y preocupaciones. Tampoco ha sido convincente el alcalde, el señor Walter Musa. Hasta aquí es un relato normal sobre el cuestionamiento a un costoso proyecto mal justificado o sin justificación.

Pero esta semana sonó con un toque alto y muy preocupante la sirena de la alarma. Un centenar de personas, principalmente jóvenes, montó una agresiva protesta para crucificar al doctor José Natalio Arredondo, médico presidente de la Asociación de Hoteles y Turismo, miembro del consejo de ASONAHORES y uno de los más destacados líderes comunitarios de Puerto Plata y toda la Costa Norte. Digo comunitario porque su vida es la medicina, dirige el más importante hospital de la región, no pertenece a un partido, y si se le conoce como militante de las buenas causas de Puerto Plata, la región Norte y el sector turismo.

No fue una protesta común. Se le acusó de ser enemigo de Puerto Plata y dirigir una trama para impedir la solución del tema del basurero. Portaban docenas de pancartas bien fabricadas. Nada fue improvisado, y contó con un coro de gritos amenazantes contra José Natalio ante la clínica Dr. Bournigal, de la que es su director.

¿Quién organizó esto? No fue espontánea. Ya se sabe que alguien pagó por ella, porque al terminar la inusual protesta frente a un hospital privado, a la vuelta de la cuadra (sin sospechar que se les observaba), un grupo de los participantes discutía agriamente con la persona encargada de pagarle lo prometido por protestar.
La Policía, el comandante local y el director general de la institución, Ney Aldrin Bautista, tienen la oportunidad de esclarecer esta extraña protesta y devolver la tranquilidad a José Natalio, su familia y a todos los que no están de acuerdo con la solución al basurero. Me niego a pensar que en Puerto Plata no se puede disentir y tampoco reclamar transparencias en los proyectos públicos.

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