Hace 2,500 años que Pericles afirmó que la forma de gobierno de Atenas “se llama una democracia porque la administración de la cosa pública no está en manos de unos pocos, sino de toda la gente”. Desafortunadamente, en las últimas décadas hemos sido testigos en Latinoamérica de un fenómeno contrario. Y es que la izquierda latinoamericana concibió un sistema para que una minoría controlara la democracia, utilizando con fines políticos las ayudas sociales. Un sistema concebido para la manipulación, pues hay unos pocos que controlan las ayudas y muchos que dependen de ellas.

La democracia “popular” venezolana ha aplicado este sistema eficazmente. Entre más incapaz ha sido el gobierno de Maduro, y, como consecuencia, entre más ha empobrecido a su pueblo, más poder ha tenido el gobierno para manipularlo. Hablemos del empobrecimiento: 87% de la población es pobre, 30 % de larga data y 56% reciente. La mala alimentación ha llevado a la población a perder 11,4 kilos de peso, promedio. En 2017, al menos 75% de los hospitales tuvieron insuficiencia de todo tipo de medicamentos. Ahora, hablemos de la manipulación. El principio es simple, como demostraremos con un ejemplo. En una sociedad donde el agua se hace escasa, los gobernantes tendrán un enorme poder, pues decidirán a quienes les repartirán los medio llenos vasos de agua disponibles, que naturalmente serán a los que voten por ellos. Pero el sistema ha demostrado ser aún más perverso. Pues si las cosas empeoran y el agua se hace todavía más escasa, los gobernantes acumularán aún más poder, pues ahora decidirán a cuales de los sedientos le entregarán el agua en goteros. Semejante perversidad es lo que está ocurriendo en Venezuela.

El periódico New York Times entrevistó a 12 médicos cubanos que abandonaron Venezuela, asqueados por lo que tuvieron que hacer, en violación a las reglas éticas de su profesión. Uno de ellos se refirió al caso de un paciente de 65 años con una insuficiencia cardíaca, a quien no se le suministró el oxígeno que necesitaba, pues los cilindros de oxidemos estaban reservados para ser utilizados más cerca de las elecciones. “Cuando llegaron las elecciones, todo apareció: medicina, gas, vendajes, sueros, etc.”. Los residentes cercanos al centro de salud confirmaron que el suministro repentinamente mejoró, antes de las elecciones.
Antes de una elección para gobernadores en el 2017, el médico cubano Yanasnier Arias se refirió al caso de una paciente epiléptica que necesitaba tratamiento, pero que había rechazado la tarjeta de la patria del partido del gobierno. Recordó que la paciente gritaba: “¡No quiero tener nada que ver con esa tarjeta! ¡No quiero tener nada que ver con Maduro!”. Fue dada de alta sin medicación, afirmó el médico, “porque ella era de la oposición”.

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