Ginebra. Estados Unidos, Rusia y China deben aumentar sus contactos y asumir compromisos conjuntos para el control del armamento con los que se evite una nueva Guerra Fría con tres contendientes.
Un informe elaborado por el exdiplomático estadounidense Lewis Dunn para el Instituto de la ONU de Investigación en Desarme, señala que EEUU y Rusia caminan hacia el fin de medio siglo de esfuerzos por el control del armamento, mientras que se advierte cierta parálisis en el diálogo estratégico Washington-Pekín.
Una mayor competición armamentística de las tres potencias, basada en ocasiones en percepciones erróneas de la capacidad militar del rival, “aumentará las sospechas mutuas y la incertidumbre” e “incrementa el riesgo de una crisis o del estallido de un conflicto”.
“Cualquier crisis o conflicto, además, ocurriría bajo la amenaza nuclear, con un riesgo de una escalada destructiva mutua”, advierte el informe de la Organización de las Naciones Unidas.
