¿Sufre usted de nomofobia?

La nomofobia debe ser el trastorno del siglo. La mayoría la padece sin saberlo. Está presente en todos los escenarios, sin importar condiciones económicas o de cualquier tipo

La nomofobia debe ser el trastorno del siglo. La mayoría la padece sin saberlo. Está presente en todos los escenarios, sin importar condiciones económicas o de cualquier tipo. ¿Podría esta adicción ya estar corriendo por sus venas?

Sus síntomas son tan alarmantes, que en algunos países ya hay centros hospitalarios para tratarla. Los afectados sufren ansiedad, taquicardias, pensamientos obsesivos, dolor de cabeza y de estómago. Dicen que hasta puede provocar locura.

Hace poco hubo un problema técnico en una compañía telefónica. “Se cayó el internet” por varios días. Hubo intranquilidad colectiva en sus usuarios, especialmente en la juventud que no podía acceder a las redes. La monofobia se había convertido en una atípica pandemia, pues el celular o móvil era prácticamente inservible.

La nomofobia es el miedo a dejarse el móvil en casa/EFE/Jorge Zapata

Nomofobia significa “no-mobile-phone phobia”. Es un temor irracional de estar sin celular o móvil, sea porque se les haya quedado en algún lugar, porque no tenga batería o porque carezca de señal. Ese aparato, para muchos, es parte vital de sus cuerpos, indispensable como respirar. Cuando no lo tienen, se sienten incómodos, inseguros, ariscos, violentos.

Estos aparatos han sustituido las conversaciones en la familia y con los amigos. Hasta para pedir algo de la sala a la cocina se envía un mensaje de texto. De seguir así nos quedaremos mudos. En la mesa del comedor, se mastica y chatea al mismo tiempo. En el cine, se concentran más en el Instagram y en el WhatsApp que en la película.

Otro aspecto preocupante es que resulta de muy mala educación que alguien a nuestro lado esté usando el celular o móvil sin importarle nuestra presencia. A veces me da deseos de llamarle la atención o incluso de arrebatarle el aparato.

El papa Francisco, en una reciente exhortación a los jóvenes, se refirió al tema. Y lo hizo porque la Iglesia debe pronunciarse, preocuparse y ocuparse sobre los temas de actualidad, adaptarse a los tiempos, sin perder su esencia ni su mística.

Y así se expresó Su Santidad: “¡Liberaos de la de dependencia del móvil!.¡Por favor!” Luego remató: “Los teléfonos móviles son un gran progreso y son de gran ayuda y hay que usarlos, pero que si uno se convierte en esclavo del teléfono pierde su libertad”.
Resaltó que cómo existen las dependencias, como la de las drogas, también “el teléfono móvil es una droga” que “puede reducir la comunicación a simples contactos”. “La vida es comunicar y no solo simples contactos”, sentenció.

Así las cosas, finalizo con una pregunta: ¿Sufre usted de nomofobia?

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