TAMAYO, Bahoruco.-El premio nacional de literatura 2019 de la República Dominicana, doctor Manuel Antonio Matos Moquete, se mostró optimista frente a la actual situación mundial y pidió confiar en que la humanidad superará las adversidades que enfrenta en la actualidad.

“Mi reflexión es que tenemos que ser optimista, que debemos seguir creyendo, confiando, teniendo fe en el destino luminoso de la humanidad”, expresó el humanista, escritor, lingüista e investigador y científico oriundo del municipio de Tamayo.

Matos Moquete dictó la conferencia “Presencia de Tamayo en mi creación literaria” en el Centro Cultural de este municipio, en la cual expuso cómo las imágenes de su infancia y adolescencia están contenidas en sus obras que recogen varias novelas, ensayos y otros escritos. “Las costumbres de Tamayo recreadas en mis obras están relacionadas, por lo general, con el aspecto religioso”, expresó.

Destacó asimismo el carácter rebelde de los habitantes de este municipio, señalando que producto de eso esta comunidad ha aportado varios mártires al país, resaltando entre ellos al comerciante y abogado Negro Reyes.

Un pueblo rebelde

“Desde siempre Tamayo ha sido un lugar donde la gente ha manifestado su inconformidad, su descontento permanente –creo que ahora estamos casi iguales-“, expuso el laureado escritor y lingüista.

Manifestó que aunque cree que “hay que seguir con el aliento de los mártires, de los luchadores del Tamayo de antes, hay que cambiar en lo que haya que cambiar”.

“Pero Tamayo ha sido un lugar de mucha rebeldía”, enfatizó.

Citó a los primos hermanos Reyes, Rafael y Amable Reyes los cuales participaron en el Complot de los Sargentos para destronar la tiranía trujillista, pero que fueron delatados y ultimados de manera cruel por los esbirros del sátrapa.

A Amable Reyes, se ha relatado, lo ultimaron cortándoles aún estando vivo, sus piernas, y los pusieron a caminar, desangrándose sobre piedras. Todavía, empero, no se conoce la forma cómo fue ultimado Rafael. Los cadáveres de ambos no aparecieron jamás.

Al respecto, Matos Moquete, atendiendo una pregunta al término de su conferencia, reconoció que se ha resaltado a estos mártires y que  hay calles de Tamayo que llevan su nombre.

“Pero yo quiero reivindicar la memoria de una de las más grandes víctimas de la tiranía de Trujillo (en Tamayo) que es Negro Reyes”, expuso en tono solemne el Premio Nacional de Literatura 2019.

Dijo que Negro Reyes “fue un mártir de la tiranía de Trujillo, fue un profesional que no pudo ejercer su profesión por oponerse al régimen, un profesional que fue sacrificado en sus aspiraciones personales y profesionales”.

Sostuvo que éste, siendo un profesional egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) “fue prácticamente obligado a vivir permanentemente en este lugar” de su nacimiento.

“Le cortaron las alas que tenía en su época joven. Y era alguien que nos inspiró mucho a nosotros en nuestra adolescencia, alguien que para nosotros era “un veneno, era un toxico”, alguien a quien uno no podía acercársele por el temor, por el miedo de la persecución de los esbirros, de los servicios de inteligencia”, subrayó.

Relató que a este ciudadano tamayense los servicios de seguridad del Estado trujillista vivían “mirándolos, observándolos, hasta sus últimos días”. “Era una persona de mucho valor y de mucha entrega, y mucha integridad”, expuso.

Negro Reyes, padre de varios hijos profesionales, no pudo nunca ejercer su profesión de abogado por disposición del régimen, razón por lo cual se dedicó al comercio en Tamayo y en la zona Suroeste, pero también era vigilado por la tiranía mientras ejercía esa actividad. La persecución llevó incluso a sus familiares a no pronunciar su nombre mientras estuvo preso, a fin de evitar causaran daños al resto de la familia.

“En Tamayo hay muchos mártires, y no podemos olvidar tampoco a mi hermano Plinio (Matos Moquete) que también es un mártir de esa época”, relató el académico, y a seguidas precisó: “Negro Reyes fue inspirador para muchos de nosotros, tanto en la parte de los estudios porque fue el primero, pero también en la lucha revolucionaria”, apuntó.

La humanidad: verla con optimismo

En su largo conversatorio con los munícipes de Tamayo, Matos Moquete consideró que para él la humanidad “es un tema cotidiano”, “algo que yo vivo trabajando, dominando, porque lo estudio constantemente y a profundidad.

“Entonces, mi reflexión es que tenemos que ser optimista, que debemos seguir creyendo, confiando, teniendo fe en el destino luminoso de la humanidad, a pesar de que hay tantas adversidades, tantos problemas actuales”, significó el intelectual e investigador científico. “Pero la pregunta es ¿y cuándo no  ha habido problemas?”.

Adujo que si se observan los problemas de ahora y los de antes, vemos que las situaciones de ahora son mejores que las de antes”. “La gente se moría de enfermedades por millones porque no había penicilina, no había antibiótico, no había con qué curarse”, subrayó.

Citó al famoso historiador y escritor israelí Yuval Noah Harari, autor del libro Sapiens: De Animales a dioses, Homo Deus, el cual dijo plantea “una idea muy optimista” de la humanidad que él sigue en su libro “La narratividad del saber humanístico”.

Indicó que Harari plantea que la humanidad “ha resuelto técnicamente –no así políticamente-“los tres problemas más importantes que les aquejaron por siglos”.

Resuelve guerras, hambre y enfermedades

“Repito, que la humanidad ha resuelto técnicamente, no así políticamente el problema de las guerras”, -pero cuando dice técnicamente  y científicamente, quiere decir que las soluciones están ahí en el conocimiento humano”-, precisó Matos Moquete.

En ese tenor, el premio de literatura dominicano señala que “la humanidad puede evitar las guerras porque tiene todo el conocimiento para resolver el problema de las guerras”.

Dijo que otro problema es del hambre, el cual autor israelí dice que técnicamente “si los políticos se ponen de acuerdo, en el mundo no hay hambre, con lo que quedará resuelto el problema del hambre”.

Especificó que “el tercer problema de los tres más graves, es el problema de la enfermedad, y clínicamente está resuelto, la humanidad ha resuelto el problema de las enfermedades”.

Indicó que ya las personas pueden “durar años” si quieren y si se ponen de acuerdo porque, según expresó, “ahí están los grandes laboratorios y hay grandes especialistas” en capacidad de enfrentar algunas enfermedades como el cáncer que, aunque todavía no se cura totalmente, ya se ha avanzado bastante.

Explicó que incluso el SIDA ya no es una enfermedad que mata. Según su punto de vista, “si la humanidad trabaja, vamos progresando y luchando contra las mismas necesidades”.

Consideró que lo importante ahora “es que cada uno de nosotros, y sobre todo los jóvenes y también los viejos, hagamos nuestras tareas” y lo que tenemos que hacer para enfrentar las adversidades que se presenten.

Empresario de sí mismo

Matos Moquete expuso que escribió  como un mensaje en el libro que “me inspiraron los tiempos”, que el programa que sustenta es aquel que establece que en el mundo “el comportamiento para el desarrollo debe partir de cada uno de nosotros”.

“No esperemos que los demás nos ayuden, no esperemos que los demás nos eduquen, que los demás nos provean, que los demás nos busquen empleos, que los demás nos resuelvan los problemas, que en cambio, nos enseñen a cómo ser empresarios de sí mismo, que cada uno sea empresario de sí mismo, que cada uno haga su tarea, que cada uno haga su labor”, exteriorizó el intelectual tamayense.

Y añadió:

“Al escritor que escriba libros y no diga que es escritor, y no es diferente al médico, que cure sus pacientes, los cure bien y no diga que es médico; al periodista que escriba su crónica, que la escriba bien y no diga que es periodista, y así sucesivamente”. Abogó entonces porque abandonemos la práctica de “sentamos a rogar, a rogar al gobierno, “a pedirle al gobierno, a pedirle al cielo, a pedirles a los demás que nos resuelvan los problemas”.

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