En el 2009 dispuso de sus pequeños ahorros para iniciar una empresa en la que vende pisos, ventanas y cerámicas

Carlos Gutiérrez es el propietario de un pequeño negocio de venta de pisos, puertas de metal, ventanas, inodoros, cerámicas y lavamanos y una persona entregada permanentemente al trabajo. Es un emprendedor visionario, que supo ver a tiempo un vacío existente en la zona donde reside y aprovechó para llenarlo.

Su empresa “Pisos y Ventanas” (Pivesa) está ubicada en Villa Mella y se inició en el 2009 con pequeños ahorros que tenía Carlos, hasta que luego tomó un préstamo de 100 mil pesos y posteriormente otro de 300 mil.

“Tenía ese dinero de lo que había ahorrado a lo largo de mi vida. No era mucho. Empezamos aquí casi con muestras. La gente venía, nos pedía una puerta y nosotros íbamos y la comprábamos a otro sitio para tenérsela. Venía alguien y nos compraba la cerámica y entonces íbamos y la comprábamos a otro punto y la traíamos”, explica Carlos. Su empresa tiene 15 colaboradores o empleados.

Su esposa Hilaria Hernández es un elemento fundamental en la empresa. “Ella defiende el peso y lo organiza; no es igual que si hay otra gente en esa parte. Ella maneja la parte económica y no me quejo”, indica Carlos. “Hacemos topes de cocina, tenemos puertas, hacemos ventanas, gabinetes y tenemos el taller, en sentido general para esto”, le dice el pequeño empresario a elCaribe, en una conversación en las primeras horas del día.

“Vi una buena oportunidad en la zona. No había este tipo de empresa en esta parte y me coloqué aquí. Me ha ido bien y con eso compruebo que tomé una buena decisión”, explica con orgullo.

Cuando Carlos pasa balance a lo que era su negocio a inicios y lo que representa hoy día, su conclusión es que la diferencia es grande. “Nos colocamos un día; nadie sabía que estábamos aquí, pero ya tenemos una cartera de clientes muy buena”, rememora.
El fabricante de las puertas que Carlos comercializa está ubicado en Monte Cristi. Hasta allá se traslada él para adquirir cantidades que constantemente están acordes con los pedidos que le hacen los clientes. “Estas puertas tienen altísima demanda en el mercado”, asegura.

El negocio de Carlos tiene una oferta más amplia de lo que se alcanza a ver desde afuera. Su dirección exacta es la Avenida Hermanas Mirabal 567, entre La Colonia de los Doctores y El Edén, en Villa Mella, Santo Domingo Norte. Carlos se ha ido montando en el carro de las nuevas tecnologías. “Estoy en Instagram, en Twitter y en Facebook, y la gente nos puede ubicar como Pivesa”, explica.

Cuando este diario le pregunta a Carlos si las condiciones del mercado están dadas para que un negocio como el suyo pueda caminar bien, su respuesta es que eso se va cultivando. “Tú, siendo honesto puedes quedar bien. Si tomo los primeros cincuenta mil pesos y no cumplo bien, sencillamente me cierro esa puerta y pierdo la confianza. Pero hay condiciones del mercado para uno trabajar”, asegura. Y agrega que -en su caso- la institución Banca Solidaria (BS) ha sido pieza clave. La relación de negocios que tiene Carlos con BS inició cuando tomó un préstamo de RD$100,000 y cumplió.

“Puedo decir que Banca Solidaria nos ha dado una buena mano, porque la tasa de interés que ellos tienen es muy baja, con relación a otros bancos. Me prestaron esos cien mil pesos y casi me los han cuadruplicado con el tiempo”, expresa, antes de dejar escapar una sonrisa.

Carlos es un hombre que no se limita en los planes. “Pretendo continuar esa relación con la institución, mientras ellos quieran”, comenta. “Y mientras usted le quede bien”, le dice este periódico a modo de chanza. Pero Carlos no juega con sus compromisos. “Ese dinero trato de tenerlo ahí, siempre. Imagínate, no les puedo quedar mal”, reconoce.

Un consejo para quienes tienen ideas, no dinero

Para la gente que tiene una idea de negocio, pero le falta el dinero, el capital, Carlos aconseja que no se estanquen, sino que traten de iniciar como puedan y con lo que tengan. “En la medida que tú avances, el negocio irá abriendo caminos y van apareciendo créditos, pero hay que dar el primer paso. Hay que hacerlo o nunca vas a despegar”. La empresa que tiene Carlos se ha ido multiplicando. De hecho, el taller en el que hace las ventanas es otro distinto al lugar usado para comercializar las puertas. “Te digo que ya no me cabe todo aquí, en este espacio donde tengo las puertas”, comenta.

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