El juicio de fondo que se le sigue al hombre acusado de matar de un disparo a la joven Geraldine Sánchez Baldera, en noviembre del 2017, inició ayer luego de varios aplazamientos.

Previo a entrar a la sala de audiencias, Martín Batista Ogando aseguró que la muerte de Sánchez Baldera fue un accidente y que nunca tuvo intención de matarla.

“Fue producto de un accidente, jamás iba a querer hacerle daño a la madre de mi hijo, ya que la quería muchísimo al igual que a mi hijo”, expresó.

“Lamento mucho lo que pasó ese día, fue un accidente”, añadió el imputado, quien guarda prisión preventiva como medida de coerción.

Su abogada, Sonia Marlene Guerrero indicó que su cliente no tuvo intención de matar a la joven y que por lo tanto no fue un asesinato, sino un homicidio involuntario.

Aseguró que el arma de fuego se disparó porque hubo una mala maniobra y que las mismas fueron sacadas del mercado porque se disparan con facilidad.

Durante el juicio que se conoce en el Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, el Ministerio Público presentó acusación formal e indicó que Batista Ogando mató de un disparo en la cabeza a la joven de forma intencional.

Afirmó que el 24 de noviembre del 2017 el imputado llamó a Sánchez Baldera a su trabajo, y quedaron de encontrarse frente al mismo y es ahí cuando supuestamente le disparó a quemarropa.

Asimismo, presentó varios testigos, entre ellos, Elpidio Sánchez, padre de la joven, quien dijo que su hija era asediada y asechada por el imputado y que también éste la golpeaba.

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